Lisa Manoban ama tres cosas en la vida: el baloncesto y sus zapatillas apenas unidas por cinta adhesiva.
Lisa no tiene suficiente cinta adhesiva para mantener la compostura cuando la animadora más sexy que ha visto nunca, Jennie Kim, irrumpe en su m...
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No estaba nerviosa por mi debut. No lo estaba (por supuesto que lo estaba).
No vomité antes del partido, como la primera vez que me puse el uniforme de los GROUNDERS. No lo hice (lo hice).
─ ¿Nerviosa? ─ preguntó Jennie mientras yo salía del baño.
─De ninguna manera, ─ mentí, tratando de limpiar sutilmente los restos de saliva.
Se rió y me abrazó. ─No estés nerviosa, Lis. Te lo has ganado. Y después te vas a quedar a dormir en mi casa, así que aunque no anotes, lo harás por la noche.
Mi cerebro se atascó y tropecé en mi siguiente paso. No creo que ella realmente entendiera lo que eso significaba. ─ ¿Estás bien? ─ preguntó, frotando a lo largo de mi columna vertebral. ─Estás un poco pálida. ¿Vas a vomitar otra vez?
Hice un gesto con la mano y lentamente nos separamos. ─Estoy bien, ─ dije, necesitando desesperadamente la separación para recuperar el control de mí misma. ─Estoy deseando que llegue el partido y la pijamada, Jennie, aunque sólo sea porque tenemos un proyecto enorme para el lunes.
Jennie me hizo callar. ─Era la forma más fácil de pedírtelo, idiota. No lo hagas raro ahora.
Después de un rato de silencio, Jennie se inclinó repentinamente hacia delante y sus labios se posaron en mi mejilla con un suave beso.
─A por ellos, Lili, ─ dijo, dándome una palmada agresiva en el trasero. Se dio la vuelta y se fue a reunirse con el resto de las animadoras mientras yo intentaba procesar lo que había pasado.
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─ ¿Lista para enseñarles lo que tienes, Lisa? ─ dijo Sohee mientras nos reuníamos en torno al círculo central para la jugada inicial. Asentí y me froté las suelas de los zapatos con las manos por última vez para asegurarme de que estaban secas.
Miré hacia las gradas, donde mis dos amigos me miraban con los ojos muy abiertos. Jungha, como de costumbre, iba vestido completamente de negro, con el pelo semiocultándole la cara. Jennie, con su uniforme de GROUNDERS y mi sudadera puesta por encima, me guiñó un ojo y me lanzó un beso.
