Capitulo diez

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[sin editar]

La brisa de otoño golpeaba mi rostro ¿Cuantos días habian pasado? Habia perdido la cuenta, las hojas estaban secas, otra vez, mi mente no recordaba muchas cosas, desde pequeño he olvidado cosas, para mí es normal, me habia acostumbrado a tener una película de cassette trabada como memoria.

Pero ahora me enojaba un poco, me entristecía y frustrada, queria que la película avanzará para poder saber y disfrutar mi vida.

Siempre era un espectador  y nunca me importó, la verdad no le tomaba mucha importancia, siempre estaba en mis pensamientos.

A veces no me daba cuenta cuando las flores florecian, o cuando estaba en la mesa y tenia un pastel frente a mí y a mi familia cantando feliz cumpleaños.

A veces la vida pasaba tan rápido y mis ojos no podía seguir su paso, para mi era normal vivir así.

Nunca me cuestioné si estaba bien, simplemente seguí adelante.

Sin llorar, la primera ver que el mundo se detuvo, me asusté, lloré en mi habitación sin meter ruido, me tapé la boca y me tragué mis sollozos para no despertar a mis padres.

Madre siempre hablaba de mí, creo que no era alguien muy destacable, y tampoco me interesaba serlo, de que servía si no podía disfrutarlo.

¿De que servía todo el esfuerzo? si cuando el mundo se detenía yo estaba de pie en la nada

Cuándo comencé a interesarme en las personas fue para que papá no discutiera con mamá, él la culpaba por dar a luz a un hijo como yo.

¿Qué había de malo en mí?

La verdad no lo entendí hasta el momento que todo el globo que habia estado inflando por años, explotó.

El mundo se volvió a detener cuando yo estaba en el suelo con la boca ensangrentada y mi padre tenia su puño cerrado, me miraba con odio y mi madre intentaba calmarlo.

La confusión me golpeó aún mas fuerte que él hombre que estaba de pie.

Mi camisa faltaba y las marcas en mi piel relucían por la luz de mi habitación. Los gritos de mi padre y el llanto de mi madre era lo único que podía recordar.

Sonreía por lo patético que me sentía, no podía defenderme, no podía hablar, solo podía sentir como me faltaba el aire con cada golpe de mi padre.

Los días en el hospital eran muy largos y a veces muy corto,  a veces mi cabello estaba largo y al día siguiente cuando abria los ojos, estaba corto.

Miraba por la ventana  esperando que el mundo se detuviera para poder alcanzarlo, poder tocarlo.

Miraba las fotografías que tomaba y sentia que podia tocar el tiempo.

La única forma de detener el mundo, la unica forma que tenia para recordar lo que no veía.

Me preguntaba hace cuánto no veia a mi madre, si lloraba todo los días.

Si mi padre tenia una buena noche, si mi habitación estaría ahí cuando volviese, o si alguna vez iba a volver.

Mi corazón se deprimia cuando pensaba en no volver a salir de aquí, pero de que servía, si no iba a poder disfrutarlo.

A veces me preguntaba si era correcto seguir aquí, si había algún motivo por el cual abrir los ojos.

Habia algún motivo para respirar y seguir aquí.

La verdad si había uno, no lo recordaba o de paso, no lo conocía.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí?

—Tienes un momento de lucidez —anotó en su libreta

—¿Cuánto llevo en este lugar?

—En la habitación

—Sabes a que me refiero

—Mmm, ¿Hace cuanto me conoces?

—No sé

—¿Recuerdas las veces que has estado aquí?

—No

—¿Me puedes decir cuántos días has contando?

—Diez

Volvió a escribir en su libreta

—Perfecto

—¿Me puedes decir cuánto tiempo llevo a aquí?

—Si lo digo ¿Seguiras aquí?

—No me he ido

—No hablo de tu cuerpo, hablo de tu mente ¿Donde has estado?

—aqui, no he ido a otro lugar que no sea aquí.

—Puedes decirme lo último que recuerdas.

—Estaba mirando como las hojas caian de los árboles y pensé que pronto debería caer nieve.

—Puedes mirar hacia la ventana —sugirio

Mi visto se dirigió hacia el ventanal que estaba a mi izquierda y pude ver un hermoso cerezo lleno de flores rosadas.

—Dormiste mucho

—No cerré los ojos, siempre estuve despierto

—No hablo de tu  cuerpo

—Nunca hablas de mi cuerpo

—Puedes recordar cuántas veces nos hemos visto

—Creo que unas doce, tu cabello está mas largo y tienes un anillo en tu dedo

Anotó

—te diste cuenta —sonrió

—Las personas se suelen casar muy rápido

—las bodas se demoran un poco

—¿cuando podre irme de aquí?

—Cuando puedas contarme cuando llegaste aquí

—Te pregunté cuánto tiempo he estado aquí y no me has respondido

—Tu lo has dicho, doce veces.

—No hablo de cuántas veces he hablado contigo, si no cuántos días he estado en el hospital

—En la otra sesión te diré con exactitud cuanto llevas aquí.

—¿Puedo saber un aproximado?

—Claro

—¿Entoces?

—Tres años, tal vez cuatro.

Y mi mundo volvía a correr y no podia alcanzarlo, otra vez todo avanzaba y yo que quedaba congelado en el tiempo sintiéndome como un inútil.

La gente podia casarse y ser feliz y yo solo me quedaba mirando como todos eran felices.

—Taehyung...















Después de un descanso, volví con un capítulo un poco corto, bastante, pero me siento como un árbol en invierno que poco a poco se esta acostumbrado al cambio de clima, pronto llegará la primavera para mí.

Besos

Misofonia VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora