Cadenas.

•Capitulo 15

Los herederos tenían sus propios problemas mientras los reyes intentaban alcanzarlos.

No obstante, cuando lograron salir del bosque de azufre para dirigirse a la entrada del pequeño pueblo, Olivia detallo su al rededor.

Observo más a detalle el rojo bosque y dio pie a su nombre, pues sus árboles eran de finas hojas con diferentes tonos de rojo y los troncos carecían del color marrón sustituido por un rojo sangría que combinaba con los rojos más fuertes de sus hojas.

Como sus arbustos y flores eran de diferentes tipos de rojos, solo se vio de otro color el agua cristalina de aquel lago.

-Logan.- llamó Olivia.- ¿Conoces el inicio del bosque de azufre?

-No sé mucho.- respondió.- solo sé que el Dios que nos regaló nuestros dones quiso que cada nación tuviera algo especial y creo para nosotros el bosque que en un principio fue llama "Bosque de sangre" pero luego descubrieron que hay petróleo en todo el bosque, literalmente debajo de nosotros hay un mar de petróleo. 

Los demás herederos lo escuchaban atentos a cada palabra mientras caminaban hacia la entrada del pueblo.

-Así que cuando se extrae el subproducto del petróleo del gas natural se obtiene el azufre nativo.

-Entiendo.- dijo Olivia.

Cambiaron de tema rápidamente y caminaron unos kilómetros más para ver la entrada del pueblo más cerca.

Al acercarse más vieron que tenía un enorme arco y de él se encontraba abierto un enorme portón y unas gigantes paredes que rodeaban todo el pueblo.

En aquel portón tenía escrito;

"Bienvenidos a Mageru"

-¿Mageru?- repitió Zuri.- vaya nombre.

Él se burló y Logan le dio un codazo. 

-Es uno de los pueblos más grandes que hay en la nación de Rojo, sin mencionar que es uno de los más lindos después de la capital.

-Lástima que quede tan lejos.- dijo Hanna y Logan guardo silencio.

Los demás chicos miraron a Logan casi con la boca abierta, esperando que le dijese algo a Hanna.

Sin embargo, eso nunca paso.

Y ahora empezaban a pensar que sí se trataba de la princesa de verde nunca pasaría.

Ellos pasaron el gran arco, de piedra, y se encontraron con un pequeño quiosco con dos guardias.

-¿Qué hacen unos niños por aquí?

Al parecer no reconoció a los herederos, pues estaban hechos un lío, se encontraban con sus prendas sucias y con cero apariencias reales.

-Estamos de visita.- dijo Hanna.- queremos quedarnos unos días.

Uno de los guardias los observo con una ceja encarnada.

-¿Datos?- pregunto.

Logan miró a los demás herederos y él fue el primero en acercarse.

-Necesitamos discreción, solo estamos aquí por temas laborales.- dijo.- Mi nombre es Logan, quinto de Rojo.

El señor que los atendió se asustó e hizo que el otro más joven se levantase.

-Heredero.- ambos se arrodillaron.- sabía que su rostro se me hacía conocido.

-Levántense.- les dijo Logan con un tono amable.- ellos son mis amigos, también herederos de los demás reinos, ¿Podrían recomendarnos un lugar donde dormir?