•Capitulo 16

3 0 0
                                    

Por otro lado, los reyes, pudieron llegar a la mañana siguiente.

Los herederos habían dado la orden a Andy que se quedara con ellos y los llevase a pasear por el pueblo.

Le llamaron orden porque Andy no quería dejar su trabajo, pues necesitaba ahorra, al principio se nego, pero Nohi saco una pequeña bolsa con treinta monedas de oro, mucho más de lo que ella ganaría en todo un año.

-Esto es mucho dinero princesa.- le dijo Andy.

-No te preocupes, solo ven con nosotros.

Andy asistió con sus ojos llenos de lágrimas y abrazo a Nohi.

-Usted es muy buena, princesa.

Nohi siendo la princesa de corazón puro que es, le devolvió el abrazo y lloro con ella.

Unos segundos después, Andy recobro la compostura y pidió disculpas con una pequeña reverencia llena de elegancia.

-Iré a guardar en esto y en unos momentos nos iremos.

Los herederos asintieron y en lo único que pensaba Andy mientras caminaba a su habitación era que por fin podría asistir a la academia, al menos dos años con esas treinta monedas de oro.

Guardo aquellas monedas en un lugar seguro y nuevamente salió para llevar a los jóvenes herederos a los pequeños quioscos de comida típica de aquel pueblo.

-Hay una pequeña calle donde venden regalías y otra donde pueden encontrar cualquier comida que gusten, ¿Cuál desean ir primero?

Mientras Andy hablaba, Hector noto que su semblante tan triste había desaparecido.

Se encontró mirando su rostro pálido y encontró que tenía un poco más de brillo ahora.

No obstante, recordó que la noche anterior, por no poder dormir, tuvo que salir a tomar aire fresco topándose con la madre de Andy en el camino.

-Príncipe de Verde, ¿Dónde va a estas horas?

-Puede llamarme Hector señora.- le sonrió y apretó un paquete de tabaco en su mano.- Solo quiero salir por un poco de aire.

-¿Fuma tabaco joven?

Hector asintió, no estaba bien visto que un joven de su edad fumase y menos siendo un príncipe.

-Acompáñeme.- le dijo la madre de Andy.

Hector la siguió y la señora lo llevo a la azotea del pequeño edificio de dos pisos.

-Cuando era más joven también fumaba tabaco.- le dijo la señora con amabilidad.- luego conocí a... el padre de Andy y con el tiempo llegaron las responsabilidades de tener un hogar y consigo llego Andy.

Hector le compartió uno de sus tabacos y ella lo aceptó.

-¿Usted porque fuma siendo tan joven?

El príncipe de Verde suspiro.

-Vivir en el castillo es como vivir en una jaula solo que con comodidades y unos jardines enormes.- calo el tabaco.- sin embargo, las responsabilidades que conlleva ser príncipe a veces son duras, entre el papeleo, las preparaciones para ser rey y el viajar para formar lazos con los demás reinos junto a mi padre, es simplemente cansado.

-Entiendo.

-Este viaje me hizo darme cuenta lo buena que puede ser la vida a veces.

Silencio.

-Es una lástima que tenga que volver.- finalizo.

-Es su deber, príncipe; sin embargo, creo que la libertad está en usted mismo, la juventud es solo una actitud que adquiere el alma conforme envejecemos.

Cadenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora