DE LAS RAICES DE UN ÁRBOL IMPERFECTO

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"Y entonces vi un vasto bosque en el corazón del universo, donde un árbol gigantesco se alzaba majestuoso. Sus raíces, entrelazadas en las profundidades de la realidad, son el principio primordial de toda vida en ese lugar. Pero este árbol unido en uno solo era imperfecto, con sus nudos y torceduras que reflejaban la complejidad de la existencia misma. Desde esas raíces, como si fueran los hilos de un destino ya escrito, se desencadenó el final de un todo."

.-.-.-

Hubo una pregunta inquietante que había estado rondando en su mente desde que lo escuchó hablar: ¿Se había equivocado en confiar en él? No, no podía haberse equivocado; ambos eran ángeles, después de todo. De seguro, de seguro lo ayudaria como lo había prometido. ¿Verdad? Además, nunca había tenido problemas con él, no que Adam recordara.

"Oh, mierda" De hecho, sí.

Uriel era uno de los ángeles que se había opuesto a la idea de los exterminios, pero él no era rencoroso. ¿Verdad?

"Oh, por el amor de Dios, que no sea rencoroso", pensó Adam.

"Solía tener visiones. ¿Alguna vez te lo dije?" La pregunta lo sacó de sus pensamientos. Adam parpadeó, sintiendo que su curiosidad se convertía en una especie de pesadez. "Ah," suspiró el otro ángel, con un aire nostálgico como si recordara mejores tiempos. "Nunca supe el origen de esas visiones, o si tenían una razón de ser. Por mucho tiempo pensé que eran enviados por el Bien como tal, que ella me había escogido por alguna razón, y que esa razón era profetizar las buenas nuevas.", extendiendo sus manos teatralmente, como si estuviera predicando ante un público invisible. "Solía correr donde mis hermanos con cada pequeña revelación. Tenía la certeza de que podría evitar alguna catástrofe con mi don. Después de todo, ese era mi propósito, ¿Verdad?" Su voz era seria, pero pronto se quebró en una amarga carcajada.

No, no estaba actuando como él normalmente lo haría; ese fue el pensamiento de Adam. No lo recordaba de esa forma. Él era más como un puto ciervo, reservado y silencioso, melancólico por naturaleza. Él era el sol, literal e irónicamente.

Sus ojos se fijaron en la llave que Uriel sostenía entre los dedos.

"Pero si esas visiones fueron enviadas por El bien como tal. ¿Por qué se contradijo con sus acciones? Esa pregunta siempre me carcomió la mente. Quizá nunca fueron enviadas por ella. O quizá yo no era especial, al final del día" Dio un paso adelante, su mirada clavándose en la de Adam. Haciendo que este retrocediera instintivamente. "Y cuando tuve esa visión... Por qué tuve que revelárselo a mis hermanos ¿Habría cambiado algo si no lo hubiera hecho?" dijo con su rostro angustiado "En fin siempre me arrepentiré de haberlo divulgado"

"Ja, ¿no pudiste dormir otra vez?" dijo el primer hombre, apartándose e intentando ocultar la creciente desconfianza que había surgido dentro de él. "¿Por qué diablos me dices todo esto?" continuó con una risa nerviosa. "No es el puto momento para eso, tenemos que volver. Luego, si quieres, escucharé la triste historia de tu vida", haciendo un gesto de aburrimiento.

Uriel bajó la mirada hacia la llave, acariciándola como si fuera un amuleto.

"¿Del por qué te cuento esto? Supongo que es por la ironía de los acontecimientos", murmuró, como si hablara consigo mismo. Luego alzó la vista. "Adam, el primer ser humano creado en la faz de la Tierra, ha caído. Qué curioso resultado." Pausó por un segundo, dejándolo asimilar sus palabras. "Lo hiciste bien. Felicitaciones." Giró sobre sí y desplegó sus alas, levantando vuelo hacia el cielo cubierto por el tinte rojizo del infierno.

La mandíbula de Adam se tensó. Su cuerpo reaccionó antes que su mente. "¡¿Qué carajos haces?!" gritó, elevándose tras él, el miedo transformándose en desesperación. "¡Cumplí mi parte del trato! ¡Prometiste que me ayudarías a regresar al cielo!" El pánico se apoderaba de su garganta. No podía quedarse allí, no en el infierno, no por más tiempo. "¡Uriel!" Suplicó, su grito perforando el aire entre ellos.

Uriel, justo antes de cruzar el portal que había abierto, lo miró de reojo. "No te preocupes. La paciencia es una virtud, Adam." Su voz sonaba distante, como si ya hubiera decidido que lo que decía el otro no importaba. "Esto también te beneficiará, de alguna forma." Sonrió débilmente. "Al final del día, ¿no es lo que siempre has querido?" Y con eso, Uriel cruzó el umbral, cerrando el portal tras de sí, dejando a Adam flotando solo bajo el cielo rojizo.

Adam estaba solo, de nuevo.


:)

Espero no estar pisando demasiado alto con esto, me refiero a la idea que tengo en mente. Así que simplemente intentaré divertirme en el camino.

Los eventos siguen el canon de la serie como tal, pero se agregará un transfondo más. ¿Complejo? No sé si llamarlo así ^^"

22/04/24

En fin, espero que sea de su agrado. Y gracias por leer ^^


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ERASE UNA VEZ: UN JODIDO ESCARABAJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora