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Situación: ── La protagonista femenina es pareja emocional y sentimental del coleccionista en donde en un pequeño juego las cosas comenzaron a salirse de control.
━━𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: ⬤ Referencias sexuales sutiles.
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[🌕.-] La seducción es un tema simplemente fácil de poder controlar y entender, el usar la sensualidad como los propios pensamientos en contra de aquel que se desea mantener en aquel juego tan único suele ser demasiado excepcional y es mucho mejor cuando aquel juego es compartido con tu pareja.
Los besos y caricias suelen demostrar mucho más que las palabras, unos suaves roces es únicamente sencillo de deducir dos cosas: el cariño mutuo que se tiene hacia alguien y las grandes ganas de tener algo mucho más íntimo con esa persona.
La vida de Enzo había sido un poco caótica, al ser considerado una persona "extremista" por su forma tan complicada de amar, solían mencionar que era alguien extremista y demasiado molesto ya que el tener a alguien detrás tuyo en busca de atención casi 24/7 solía ser cansado y molesto para la mayoría a excepción de ella, de su actual pareja ___.
Mientras que ella era todo lo contrario a Enzo, aquello hacia que sin dudar de ningún modo, esos simples detalles que por más insignificantes que fueran para el chico eran completamente especiales y perfectos para alguien que odiaba ser amorosa en público. Su relación era un poco complicada en realidad, no era perfecta pero tampoco era tan mala para quejarse de ella, mientras ella era la persona que pensaba antes de actuar, si a Enzo le decía que saltara este lo haría sin dudar.
Enzo estaba sentado en el sillón mientras su novia acariciaba de manera relajada y tranquila su cabello al igual que un dueño lo hace con sus mascotas, la satisfacción y el cariño era simplemente notable en las expresiones del contrario, mientras sus ojitos estaban cerrados y se apegaba más al delicado pero atractivo cuerpo de su pareja un pequeño y muy profundo jadeo salió de sus labios ante aquella caricia que tocó una fibra realmente sensible en su cuerpo.
-"¿Realmente acabas de jadear por una caricia?". -Sus palabras eran precisas pero muy simples en donde su tono serio habitual destacaba.
-"Tal vez~ lo he hecho my love es inevitable no hacerlo con tu roce tan suave y adictivo".
Siempre había sido así, Enzo mencionando lo adictos que eran los roces de las manos de ___ y ella simplemente rodando los ojos con cierta diversión por aquella devoción inconsciente que sentía este por la joven. Mientras este se aferraba en un pequeño y apretado abrazo la joven sonrió de manera suave y muy sutil.
-"Debes de alejarte de mi cuerpo ahora, me estas acalorando con tu abrazo Enzo".
-"No lo haré, eres mi novia y lo único que deseo es la atención tan suave de mi querida novia".
-"Pareces un jodido niño pequeño Enzo, suficiente tengo con tener que aguantar tus constantes regalos, los adoro en verdad pero ¿No crees que eso es demasiado?".
-"Para mi, si se trata de ti jamás será demasiado haré que con mis regalos notes lo encantado que estoy contigo mi amor, haría cualquier cosa para poder estar a tu lado cada hora del día". -Aclarando en una pequeña broma beso la mejilla de ella.
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Ahí se encontraban ambos, sintiendo como sus cuerpos caían en la gran sensación de lujuria y deseo que cada segundo que pasaba era más que suficiente para saber que aquella prueba de amor por el otro era más que especial, más que sexo casual que hay en una relación de pareja, no era eso, no sólo era tener sexo como si nada de ello tuviera un valor en la relación.
Suaves, sonoros y ahogados gemidos salían de los labios rosados de la joven mientras sentía como su interior era invadido por la masculinidad de su novio el cual demostraba en cada una de sus embestidas que tanto adoraba y amaba el cuerpo de ella. No sólo era una simple atracción física la que sentían, eran sus corazones los cuales estaban unidos por la sensación de seguridad y comodidad que tenían con el otro estando cerca.
-"Amo cada parte de ti".
Simples balbuceos ahogados entre jadeos salían de los labios de Enzo sintiendo como la gran humedad de su novia aumenta mientras más tiempo pasaba en aquella acción, era imposible que alguien negara que la devoción de la mirada de él fuera una señal que dijera que no dejaría que alguien más le diera malas ideas sobre si mismo, siendo un poco inseguro de su propio ser aquellas dulces palabras de aliento eran suficientes para saber cuánto amor había en el corazón de ella.
El cuerpo desnudo de ambos daba una vista de aquella pasion desenfrenada que había en la habitación, sus cuerpos sudorosos, sus respiraciones aceleradas por la falta de energía ante aquellas embestidas por parte de Enzo y aquellas sensaciones tan excitantes y exquisitas.
Dolorida de las caderas y con las piernas enredadas alrededor de la pelvis del contrario haciendo que aquello fuera aún más profundo era más que unico para hacerla jadear de exquisitez por aquel sutil y rutinario sexo en una relación romántica.
Pasión desenfrenada, cuerpos sudorosos, marcas tan sutiles de aquel encuentro entre ambos, el cabello alborotado y un poco enredado, sus piernas deseosas de un descanso y no menos importante los latidos acelerados de su corazón enamorado de todo del otro.
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