5

170 24 10
                                    

El terminar el día Jeongin se sentía molido, hizo todo de la lista y para cuando terminó ya eran casi las seis, justo ahora estaba "caminando" de regreso a la casa de su tío y digo "caminando" porque más bien parecía que iba arrastrándose y es que cómo se lo esperó el día fue muy agotador, desde arrancar zanahorias del suelo hasta recoger los desechos de los caballo, fue horrible, se sentía muy sucio y muy cansado por lo que cuando llegó lo primero que hizo fue tomar su pijama e irse a bañar para dormir por dos días enteros.

...

—¡Hwang!

Dio media vuelta al escuchar cómo lo llamaban.

—Hola, Sr. Yang—saludó animadamente.

—¿Cómo le fue a mi sobrino? Lo vi casi arrastrándose camino a casa.

Hyunjin rio ante la imagen mental, también lo había visto, luego que terminaron con los caballos al pobre le dolían los brazos y estaba muy sudado, incluso le hizo un berrinche para que lo cargase de regreso, estaba a punto de aceptar, pero recordó que aún le faltaba algo que hacer y pues cómo se lo imaginarán Jeongin chilló del enojo. El menor era lindo, lindo de una manera que a veces daban ganas de apretarle y estrujarle la cara, muy adorable, era bastante raro de explicar, simplemente hallabas la ternura en cada una de sus expresiones lo cuál hacía muy difícil el poder enojarse con él.

—Le fue bien, pero se cansó mucho, me imagino que porque no está acostumbrado.

—Sí, su padre dice que no es mucho de esforzarse, sin embargo lo hizo bien, sacó muchas zanahorias.

—Y que lo diga, creí que las cosecharía todas, tenemos hasta para regalar.

Ambos rieron y se quedaron conversando otro rato hasta que vieron que comenzaba a oscurecer.

—Mejor me voy.

—Nos vemos, hijo, hasta mañana.

Cuando San llegó a su casa luego de despedir a Hyunjin subió a su cuarto para buscar algunas cosas, mientras tanto del otro lado estaba Jeongin ya bañado y muy hambriento, de verdad que no tenía fuerzas para esperar comer algo decente así que simplemente decidió hacerse un sándwich de jamón y queso. Estaba en la cocina devorando su pan cuando escucha como tocan una pared detrás de él, era su tío quien ahora estaba con su pijama: una camisa simple de algodón azul y un pantalón de pijama verde musgo, lo miraba sonriente lo cual de cierta manera hizo sentir bien al menor.

—Buenas noches, sobrino.

—Buenas noches—saludó dándole otra mordida a su pan.

—Lo hiciste muy bien hoy, Hyunjin me dijo que te esforzaste.

El menor asintió.

—Fue un poco difícil, nunca antes lo había hecho.

—¡Eso está perfecto! Lo importante es que te esforzaste y al final hiciste todo bien, así que vine a felicitarte.

Jeongin se pudo sentir cálido ante las palabras de su tío, no era común para él escuchar palabras de felicitación, con sus padres no hablaba mucho y con sus amigas casi siempre bromeaba, pero su tío no era como ellos, con él sentía que podía hablar sin ser juzgado lo cuál era sorprendente porque Jeongin no era una persona de agarrar confianza tan rápido.

—G-gracias—contestó un poco apenado.

—Y cómo es lo debido, todo esfuerzo tiene su recompensa así que aquí tienes, sobrino—le extendió un sobre blanco. Dejó de lado su sándwich y lo tomó en sus manos, se sentía algo lleno por lo cuál lo abrió y dentro vio unos cuantos billetes.

El verano en el que me enamoré ➺ HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora