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A la mañana siguiente Jeongin se despertó un poco menos cansado, ya se estaba acostumbrando a levantarse todos los días a las seis treinta por lo cuál ya a las siete en punto tenía bastante hambre, antes usualmente desayunaba a las diez y media, pero ahora que hacía ejercicio debido al trabajo más lo temprano que se despertaba ya a primera hora podía sentir su estómago rugir.

Se vistió con una camisa manga larga blanca, unos jeans y sus zapatos deportivos, últimamente prefería vestirse más simple, era más cómodo para trabajar, además de que así cuidaba sus prendas de la tierra y barro.

Cuando bajó esperó encontrar cómo todas las mañanas el desayuno hecho por su tío, pero para su sorpresa este no estaba, le pareció raro pues ya habían pasado dos semanas desde su llegada y jamás había faltado su plato de comida con la notita con su nombre, sin tomarle importancia se preparó un sándwich y salió a buscar a Hyunjin para comenzar con su día, usualmente lo encontraba esperándolo en el alero de en frente, pero él tampoco estaba allí, un poco extrañado decidió solo salir y comenzar su día.

Caminó para encontrar a su tío al cual vio pintando el cobertizo de un bonito azul real.

—Buenos días, tío.

—¡Buenos días, sobrino!—exclamó girando levemente la cabeza para poder mirarlo.

—¿Sabe dónde está hyung? No lo encuentro.

—Ah sí, sobre eso...—el hombre dejó de lado la brocha—Hyunjin no vendrá hoy.

Jeongin lo miró sin entender, ¿que Hyunjin no vendría? Eso no podía ser, Hyunjin siempre esta, siempre lo ayudaba y estaba allí para fastidiarlo, ¿cómo que ahora no va a venir?

—¿Por qué?

—Amaneció enfermo, dice que se sentía muy débil y que no podría venir.

¿Enfermo? ¿Cómo podía ser? Sí, ayer se mojaron un poco, pero el había amanecido bien, ¿cómo solo Hyunjin se enfermó?

—Entiendo, ¿cree que debería ir a verlo?

—Eso es exactamente lo que te iba a pedir—volvió a la pintura dándole la espalda—Hyunjin no tiene quien lo cuide, pensé en que quizás podrías pasarte a ayudarlo un poco.

—¿No tiene a nadie en su casa?

Su tío negó.

—Vive solo desde muy joven y nunca deja que lo ayude por lo orgulloso que es, sin embargo ambos se llevan bien quizás y a ti sí te deje.

Jeongin pensó un poco la situación y la verdad odiaba la idea de dejar a Hyunjin solo sabiendo que estaba enfermo, jamás había cuidado a un enfermo honestamente, pero por lo menos debía intentarlo.

—¿Dónde vive?

—Está a unos quince minutos caminando, gira a la derecha y sigue derecho hasta que veas un casa color blanco con verde.

El menor asintió y seguidamente se fue, se sentía levemente preocupado por el mayor, últimamente se estaban llevando mejor y saber que estaba mal hacía que inevitablemente quisiese ayudarlo.

Entró de nuevo a la casa para buscar su bolso y llevarse algunas cosas que pensó quizás necesitaría, cuando estuvo listo salió de la granja siguiendo las indicaciones de su tío.

El ambiente era cálido y fresco, había mucho verde y se podía escuchar el cantar de los pájaros, era en definitiva muy diferente al bullicio de la ciudad, mientras caminaba podía admirar el paisaje, al principio no vio lo lindo en el, pero ahora comenzaba a apreciar su belleza simple y agradable. Por un momento pensó en cuál de los dos le gustaba más, ambos tenían sus pros y contras.

El verano en el que me enamoré ➺ HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora