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Hyunjin se estaba terminando de secar el cabello con la secadora cuando siente que abren la puerta y oh por Dios, Jeongin se apareció viéndose jodidamente adorable usando su enorme ropa: estaba sujetando los extremos del pantanlón para no arrastrarlo, la enorme camisa se le resbalaba un poco por el hombro dejando expuesta su piel notándose sonrojada, su cabello estaba levemente humedo y muy despeinado dándole un toque desarreglado, su mirada estaba clavada en el piso notablemente avergonzado y gracia a la camisa oscura se resaltaba aún más su pálida y tersa piel. Hyunjin en ese momento imploró por ser capaz de mantener su decoro y no lanzarse sobre el menor para comerselo entero.

—G-gracias por prestarme ropa.

No fue capaz de responder nada, le estaba costando prestar atención a sus palabras pues su mirada estaba clavada en sus finas y delicadas claviculas expuestas justo frente a su cara.

—¿Hyung?

El menor movió lentamente su mano frente a su cara y solo así Hyunjin pudo reaccionar, pudo notar que Jeongin lo miraba confundido. Dios, ni siquiera podía disimular poco.

—¿Está bien, hyung?

—¿Eh? Sí, sí, claro, lo siento tuve un...un viaje astral.

—¿Astral?—Jeongin hizo una mueca confundido.

—Sí, astral.

—¿Habla del espacio?

Hyunjin pensó que quizás el menor se sabía a lo que se refería.

—Am, luego te lo explico, ahora a dormir.

El menor asintió y seguidamente salió del cuarto, Hyunjin lo miró irse extrañado y al ver que no volvía lo siguió hasta que lo encontró acostado en el sofá.

—¿Que haces?

Jeongin abrió los ojos al escucharlo.

—D-dormir...em, p-puedo dormir aquí, ¿verdad?

Hyunjin rio antes las ocurrencias del menor.

—No es necesario que duermas en el sofá, mi cama es grande.

El menor se sonrojó ante lo que el mayor estaba proponiendo. Esa tarde Hyunjin durmió en su regazo ambos estando en la cama, pero era distinto, dormir de...pues dormir, implicaba estar acostados uno al lado del otro.

—¿S-se refiere a juntos?

—Ajá, así que arriba, aún falta que te seques el cabello.

Y simplemente se fue dejando sobre entendido que lo siguiera, Jeongin no podía replicar mucho ante eso, al fin y al cabo era su casa y él decidía. Caminó hasta el cuarto dónde encontró a Hyunjin colocándose una camisa desmangada blanca, al parecer le gustaban mucho, dejó salir aire aliviado pues sabía que si dormía al lado de él sin su camisa probablemente no sobreviviría la noche.

—¿Me dejas secarte el cabello?—preguntó el mayor sentándose en la cama.

—Bueno...—aceptó tímido.

Jeongin se sentó en el piso mientras Hyunjin conectaba el aparato al enchufe, escuchó como lo encendía e inmediatamente sintió el aire caliente en su cabeza, le gustaba un poco eso, entre el calor de la secadora más las caricias en su cabello hacían que se relajase bastante. Hyunjin disfrutaba mucho ese momento, el cabello de Jeongin era por mucho el más suave que había tocado en su vida, lo tenía muy abundante y delgado, le parecía muy bonito. Acariciaba delicadamente las hebras mientras sentía al menor cabecear, era algo gracioso de ver. Al ya casi estar completamente seco se dio cuenta de que sus mechones se comenzaban a rizar levemente causándole algo de sorpresa.

El verano en el que me enamoré ➺ HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora