Bianca Corvus una mujer inteligente y llena de vida se ve obligada a pasar su último curso en el colegio Hogwards de magia y hechicería.
Donde encontrará no sólo grandes amistades sino una gran atracción y magnetismo por su peculiar profesor de poc...
Bianca por razones que no alcanzaba a explicar se sentía de golpe con un gran vacío en su pecho. Debía estar tranquila y feliz de que todo se hubiera solucionado, pero no era así y eso la confundía todavía más.
Bajo de las gradas y se dirigió al gran comedor, se acerco a la mesa de Gryffindor y entrego el libro a Hermione que se lo recogió con una gran sonrisa en agradecimiento. Poco después se sentó en su mesa para empezar a cenar mientras escuchaba a los estudiantes hablar del gran partido, pero sobre todo de Bianca que ahora mismo era la persona mas admirada esa noche.
Ella por el contrario seguía sintiendo un gran pesar, algo que no paso desapercibido por su amigo Theo.
- Bianca ¿Todo bien? Te ves algo triste
- ¿Que?- Alzo la vista del plato- Si Theo estoy bien, solo algo cansada del día de hoy y el no haber descansado bien.
- Bueno eso se soluciona con un postre de chocolate y un sueño reparador- Dijo ofreciéndole su pudín a lo que ella lo cogió con una gran sonrisa.
Bianca poso la vista en la mesa de profesores observando que el profesor Snape no estaba esa noche en el gran comedor, pero si el director Dumbledore que cruzo su mirada con ella y alzo una copa con una gran sonrisa que ella correspondió con un ligero asentimiento de la cabeza.
Al acabar la cena todo el mundo se dirigió a sus habitaciones, Bianca subió hacia su habitación que en ese momento la sintió claustrofóbica, decidió escabullirse fuera y dar un paseo por los alrededores para despejar su mente.
Camino hasta el lado negro donde para no ser vista se subió hasta la copa del árbol donde se sentó a observar el bosque. Quedaban pocas semanas para el ritual, su familia contaba con ella o de lo contrario su padre tomaría represalias como había hecho en anteriores ocasiones...
- ¿Dónde esta? !BIANCA!- Dijo su padre muy malhumorado
- !Déjala tranquila por favor, solo es una niña!- Dijo su madre cogiendo del brazo a su marido.
- !Me da igual que sea una niña Teresa!- Dijo soltándose de su agarre- Si quieres mantener tu "gran vida" vas a dejar que me ocupe.
- !No a este precio, por favor Antonio!- Dijo con lagrimas en los ojos y volviendo a coger a su marido.
Sin pensárselo dos veces abofeteo a su esposa tirándola al suelo mientras sollozaba. Bianca que estaba mirando la escena escondida desde el armario se tapo la boca para no sollozar mientras las lagrimas caían por su rostro. Odiaba las noches de luna llena...
- !BIANCA! !VAS A AYUDAR A LA FAMILIA TE GUSTE O NO MALDITA MOCOSA DESAGRADECIDA!
Antonio Corvus observo a su esposa que dirigía sutilmente su mirada llena de terror hacia el armario, su marido capto donde se escondía y se dirigió hacia el armario abriéndolo de par en par y observándola con furia.
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