No hay nada más cliché que regalar flores.
¿Sabías que existen más de 270,000 especies en la Tierra?
Aun así, Génesis había recibido flores pocas veces en su vida. Una de ellas fue cuando, en el Día de la Primavera, decidieron regalarse flores mutuamente con su mejor amiga, Tina.
Y aunque fuera un cliché, le gustaban demasiado. Quizás por la gran variedad de colores y combinaciones que podrían existir, o por sus aromas, pero simplemente le parecían una belleza.
Sin duda, su parte favorita de la organización de eventos era el momento de elegir flores y hacer los arreglos.
Ese día, tenía una cita en una floristería a las 10:00 a. m. Como había salido temprano para llegar a tiempo, decidió parar en una cafetería.
Al entrar, sus ojos se posaron en una joven llamativamente hermosa que estaba discutiendo acaloradamente por teléfono. Momentáneamente distraída, decidió observar disimuladamente la situación mientras avanzaba hacia el mostrador.
—¡Bienvenida a Lattes&Galles! ¿Qué le puedo ofrecer? —dijo una sonriente chica.
—¡Shh! —la calló Génesis, intrigada por la situación de la mesa seis.
Una verdadera chismosa.
Trató de agudizar la escucha, centrando su atención en aquella conversación mientras disimuladamente buscaba algo en su bolso.
—¿Señora?... ¿Desea ordenar algo? —interrumpió la joven.
—¡Señorita! —la corrigió ofendida, en un tono bajo—. Estoy tratando de escuchar algo.
La empleada la miraba con extrañeza.
—No, no voy a firmar nada. Aún soy tu esposa —exclamó la joven con un tono severo—. Estaré a las ocho en casa, te espero.
Luego colgó, se levantó y salió de la cafetería.
Génesis reafirmó su decisión inicial y finalmente hizo su pedido.
—¿Puedo hacerle una pregunta? —inquirió la chica.
—Claro, dime.
—¿Conocía a esa mujer?
—¿Qué? No, claro que no —respondió Génesis—. Pero me encanta el drama y no quería quedarme con la duda.
—¿Entonces entendió de qué hablaban?
—No mucho..., pero practico para ser una anciana chismosa —comentó divertida.
Una vez que recibió su latte doble, salió de la cafetería y continuó con su día.
Génesis casi siempre iba a cualquier lugar en su auto y pocas veces se tomaba un momento para salir a caminar y respirar aire puro.
En ese preciso momento, se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que caminaba con un café en la mano, disfrutando del cielo azul y viendo cómo los árboles se movían con la brisa. Recordó sus días de estudiante, cuando en cada receso de invierno solían comprar un café junto a Tina y se sentaban en unos viejos bancos del patio exterior de su instituto.
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Un caos acogedor || ONC 2024
RomanceGénesis está en pleno auge de su carrera como organizadora de eventos. De hecho, ha recibido una excelente propuesta laboral; deberá organizar nada más y nada menos que la gran boda de su exnovio. Pero ese será el menor de sus problemas cuando se e...