Presentación de personajes

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¿Por donde empezar? ¿Por la historia de amor entre dos jóvenes almas enamoradas o por la traición de un amor?

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¿Por donde empezar? ¿Por la historia de amor entre dos jóvenes almas enamoradas o por la traición de un amor?

Mejor empecemos cuando Rhaenyra Targaryen, el dragón de fuego valyrio reclamo lo que siempre fue de ella.

¿Piensan que es su reclamo al trono? No mis queridos lectores, todo inicio cuando el corazón se quebró, cuando Rhaenyra decidió robarle a su padre.

— Has dicho que me darías lo que te pidiera, que si te pedía el mundo lo tomarías y lo pondrías a mis pies, — el rey Viserys con una gran sonrisa asintió.

— Así es hija mía, lo que me pidas se te será dado. — Rhaenyra, la heredera al trono, se arrodillo frente a su padre y mientras desenfundaba su espada blackfyre hablo.

— No quiero el mundo padre, quiero una esposa. — Blackfyre toco el suelo con un suave sonido, como una hoja de un árbol deslizándose entre el viento.

— Dame su nombre, no importa la casa, dame el nombre y haremos la propuesta de compromiso. — Daemon sabiendo lo que se avecinaba puso su mano en la empuñadura de dark sister.

— Deseo casarme con la única heredera por derecho de la casa Hightower, — suspiros sorprendidos se escucharon en toda la sala, en la cual solo se encontraba la heredera, los reyes y algunos miembros del consejo, — deseo a su reina, majestad. Mi deseo es casarme con Alicent Hightower, la mujer que se me fue robada.

El amor que se le fue negado y arrebatado, un reclamo justo, pero ¿oportuno? El rey, atónito por dicha petición bajo del trono y tomando por el cuello del traje a su hija la levanto del suelo.

Furia en ojos violetas, determinación en ojos de fuego valyrio.

— ¿Qué es lo que dices, Rhaenyra? — Alicent estaba pasmada en su lugar, ¿Qué estaba haciendo Rhaenyra?

— Lo que escucha, su majestad. Se me fue arrebatada mi omega, solo vengo a reclamar lo que por derecho me pertenece, ¿no ha jurado darme lo que quisiera? Deme a Alicent y su deuda estará saldada. — Viserys sorprendido por la insolencia de su hija alzo su mano, decidido a darle una cachetada por tal falta de respeto, pero una espada en su cuello lo hizo retroceder.

— No te equivoques hermano, eres el rey, ¿pero acaso se te olvida que en esta misma sala hiciste que todo westeros hincara la rodilla por Rhaenyra? ¿Se te olvida las palabras que dijiste ese día? — Los guardias tenían sus espadas levantadas contra el príncipe canalla — recuerdo muy bien que dijiste, que todo aquel que se atreviera a levantar una mano en contra de la princesa heredera esta misma seria cortada, ¿no prefieres conservar tus dos manos, hermano mío? 

—    No te equivoques hermano, eres el rey, ¿pero acaso se te olvida que en esta misma sala hiciste que todo westeros hincara la rodilla por Rhaenyra? ¿Se te olvida las palabras que dijiste ese día? — Los guardias tenían sus espadas levantadas con...

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El engaño de la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora