Capítulo 20

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El perfil ha sobrevivido a la funa, así que regresamos a las publicaciones normales. Aunque no me confío, por lo cual he abierto una cuenta en inkitt, dónde me encuentro con el mismo nombre que aquí Le_Mexicain, por si quieren ir a seguirme. Les estaré contando más en el epílogo, porque les tengo sorpresas para cuando esta historia termine. 

Ahora no los interrumpo más, disfruten el capítulo.

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El despertar de Anthony no fue sencillo, ni siquiera el hecho de tener a Aziraphale a su lado fue suficiente para ayudar a todo lo que vino después, pues en cuanto sus ojos se abrieron de regreso al mundo de los vivos, agentes de inteligencia estadounidense y mexicana no dejaron de hacerle preguntas, los interrogatorios fueron largos y tediosos, a ellos no les importaba su estado físico y mucho menos su salud mental, así que horas y horas pasaban sin que Crowley pudiera respirar tranquilo.

Aziraphale en múltiples ocasiones intentó ayudarle hablando con sus padres, pero ninguno pudo hacer mucho más que darle minutos de paz, mismos que fueron aprovechados para pasar tiempo con su omega y el bebé que se movía inquieto en el estómago del rubio, al parecer también exigía atención. En broma dijeron muchas veces que podría ser un omega por aquella característica, pero aún no estaba claro, así que preferían distraerse con ese tipo de preguntas, pues la conversación que tanto deseaban tener, aún no había sucedido. Anthony quería tener tiempo para resolver todas las dudas del rubio y Aziraphale también prefería hacerlo cuando no hubiera tanta gente a su alrededor.

—¿Tienes que regresar a esa habitación? — cuando Crowley era arrastrado de regreso con la policía, Aziraphale se ponía triste, sabiendo que tenía el tiempo contado, pues Snake no se salvaría de pisar la cárcel.

—Si, hoy tengo interrogatorio con Belcebú y Hastur. Nos van a colocar a los tres para responder preguntas, supongo que quieren ver si lo que hemos dicho hasta ahora coincide— por su parte, Anthony estaba tranquilo, el saber que quienes amaba estaban seguros le daba alivio. No importaba lo que pasara con él siempre y cuando su familia estuviera sana y salva. Eso incluía a Aziraphale.

—¿Y Metatrón? ¿Él no va a ser interrogado? Tiene corrupción, conexiones ilícitas...

—Pero es el candidato a la presidencia que arriesgó su vida para capturar a un peligroso criminal, así que él no está incluido en todo esto— admitió soltando la mano de Aziraphale— Aunque es mejor así si queremos su ayuda en un futuro.

Aziraphale se resistió a dejarlo ir, pero finalmente la cálida mirada de su Alfa le dijo que lo mejor era soltar su mano y esperar pacientemente afuera.

—¿Cómo te sientes hijo?— en cuanto Crowley se fue, su padre adoptivo se acercó a él con un pedazo de pastel en la mano y un poco de agua en la otra— ¿Estás bien con el bebé? —Aziraphale asintió tomando ambas cosas en la mano.

—No quiero que Anthony vaya a la cárcel.

—Tendrá que hacerlo, pero no será por mucho tiempo. Lo prometo. Hablé con Metatrón y él está dispuesto a sacarlo, cuando todo afuera se calme, ya sabes como es la prensa con este tipo de situaciones.

—¿Y el Patrón? ¿Cómo vas con eso?

—Será trasladado en unos días con los gringos, pidieron su órden de extradición, pero según me enteré el gobierno ha estado tenso con esos extranjeros, así que quién sabe si al final vaya a irse a una cárcel de máxima seguridad aquí en el país o no.

Aziraphale sabía que no tendría que verlo. Emilio no merecía nada de él, pero no podría estar en paz sin verle por una última vez. Cerrar ese capítulo tan doloroso en su vida era lo último que necesitaba para poder continuar con su vida y si bien no todos avanzaban de esa manera, él si, él requería de aquello para sentir que por primera vez lograba solucionar algo de importancia en su vida.

Alfa | Ineffable husbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora