Matrimonio por obligación💍♥️🎸

CAPÍTULO 21

MARATÓN 2/5

CESAR PARRA.

Cuando llegamos al grandioso orgasmo me apoye unos minutos en el pecho de ella hasta recuperar fuerza. Ella está con su corazón acelerado al igual que yo, cuando me recupero nuevamente, salgo de ella y me quito el condón tirándolo por ahí en el piso y la jalo para ponerla en mi pecho.

- Oye, si hubiera sabido que unas de nuestras discusiones iban a terminar en sexo, júralo que te había hecho enojar más seguido - digo riendo y ella me da un golpe en el pecho.

- No, pero enserio ya deja de decir estas cosas, y no todo se arregla con sexo, no tenías por qué reclamarme sobre eso - responde con reproche en su voz.

- Lo siento sí, no debí entrometerme, pero me caga que todos estén hablando de mí y lo más lindo es que digan que mi esposa me está pegando los cuernos - digo con fastidio.

- Si lo que sea, cara de hielo. Pero tú lo hiciste primero, además él es mi mejor amigo y también era con derecho, por lo que solo es mi mejor amigo ahora, por lo que ves, yo no soy una infiel como otros. Además, porque te estoy explicando esto a ti - dice y yo sonrió.

- Pues, porque soy tu marido y me debes respetar - digo y ella rueda los ojos - Hagamos un trato entre nosotros dos que nos va a beneficiar a ambos - digo sonriente y ella me mira arqueando una ceja - Que tal si tú y yo disfrutamos de este maravilloso sexo que tengamos y yo te prometo que no me veré más con Elizabeth u otras mujeres y tú no puedes verte con ningún hombre - contestó, ya que tengo que cumplir lo que mi papá me dijo y no es verdad que no voy a tener sexo teniendo una esposa la cual tiene un cuerpo de demonio y es solo mío hasta que la muerte nos separe.

- Y por qué tendría yo que creerte a ti, la verdad si tengamos un sexo fenomenal pero... - la cortó antes de que diga algo más.

- Solo disfrutaremos de esto sí y te lo prometo. Yo no rompo mis promesas, así que créetelo y otra cosa ya deja de llamarme cara de hielo y te voy a dejar de decir todos tus sobrenombres - digo ella se ríe.

- ¿Y por qué debería de dejar de hacerlo? - pregunta levantando su cabeza de mi pecho y me mira fijamente.

- Pues porque se escuchó muy lindo cuando dijiste "Cesar, por favor, más despacio que me duele" - dije imitando lo que dijo y ella solo me fulmina con la mirada.

- Oye, no te burles. Enserio me dolía y me duele, eres un maldito salvaje. Creo que mis caderas deben tener marcas de tus manos - se queja y yo solo me río.

- Te dije que te iba a coger tan duro que me ibas a pedir que me detenga, pero en vez dijiste más despacio, se ve que te gusta que te cojan duro, pero no encontrabas a uno que lo hiciera. Además, no tengo la culpa de tener un pene grande y que me guste coger duro, ¿Acaso eso es un pecado? - pregunto mirándola alzando las cejas y ella solo me da un golpe en el pecho.

- Sabes que te detesto, ¿No? - dice y yo solo asiento - Oye, no te duele ese labio así - expuso pasándome un dedo por la herida y la miró burlón

- Sabes que yo también te detesto, nena. Pero con esos besos tuyos no me duele nada - dije dándole un casto beso - Pero aceptas el trato sí o no - la verdad es que me siento ansioso al esperar que si acepte.

- Oh, ok, CESAR. Si aceptó - dice remarcando mi nombre y acercándose para darme un beso.

- Así me gusta, T/n - dije separándome y dándole otro casto beso.

Ella se acuesta en mi pecho, empiezo hacerle caricias en la cabeza y en el hombro, siento su respiración muy relajada, lo que me dice que ya se durmió, duró unos minutos y después caigo en un profundo sueño.