Un hijo de puta

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POV NICOLE

Iba camino a la escuela, como todos los miserables días. Me gustaba caminar por la mañana, estaba siempre frío y me daba tiempo para pensar.
Seguro vería a Mia y a las chicas, y probablemente llegaba antes que ellas. Yo era mucho más puntual que todas ellas juntas, por lo que, siempre me pedían que les guardara lugar.

Cuando estaba llegando a la escuela, veo de lejos a Agustín y a la estúpida de Martina. Ay, Mia... le dolería tanto cuando se lo dijese.
Se estaban besando afuera de la escuela, escondidos en unos arbustos que recubrían el portón. Me daba mucho asco como se estaban toqueteando, no podía creer que Mia soportara a ese tipo. Merecía mucho más de lo que Agustín podría ofrecerle, era un estúpido que no sabía qué quería y mientras lo descubría, usaba a Mia para alimentar su ego de mierda.

Entré al salón y acomodé mis cosas para esperar a las chicas, me coloqué mis auriculares y comencé a dibujar para distraerme. Sinceramente no me interesaba lo que los demás hacían o decían, a veces me miraban con desprecio pero los ignoraba porque no me importaba ni un poquito lo que pensaran de mí.

Pasó la hora, el curso se fue llenando y Pame junto a Caro llegaron, me saludaron y se acomodaron en sus respectivos lugares. Me pareció raro que Mia no llegara, faltaban 5 minutos para que la clase empezase y ella no aparecía. Aunque ella siempre llegaba tarde y despeinada, me causaba mucha risa verla así. Parecía un desastre pero la quería mucho tal cual era.

Había pasado una hora y Mia no había llegado, las chicas le habían escrito por el grupo que teníamos en común pero no respondía. Algo quizás le podría haber pasado para que no llegara, a pesar de que llegaba tarde, siempre llegaba.
Su asiento había quedado vacío, la extrañaba. Toda la mañana pasó normalmente, no había nada nuevo como siempre. Me encontraba dibujando y escuchando música cuando se me acercó Álex.
- Hola, Nicky -dijo sonriéndome y sentándose a mi lado. Me caía muy bien, siempre trataba con mucho respeto y mucho cariño a Mia. Quizás con cariño demás a mí parecer-. No he visto a Mia hoy, ¿sabés por qué no vino? Le escribí pero no me responde, me preocupa.

Lo miré sacándome los auriculares y suspiré.
- A nosotras tampoco nos contesta, la verdad que me tiene preocupada a mí también -dije mirándolo y pude notar como su ceño cambiaba a uno más tenso.
- Vos sabés donde vive, ¿no? -preguntó entrelazando sus manos sobre la mesa.
Lo miré confundida por su pregunta, ¿por qué querría la dirección de Mia?
- ¿Si...? -dije insegura de qué responder.
- ¿Me lo pasarías? No le voy a decir que me lo diste vos -prometió estrechando su mano esperando a que yo la tomara. Me reí y le estreché la mano como si cerráramos un trato.

Le di la dirección y se fue a su asiento mirando con una sonrisa la hoja en la que había anotado la dirección de mi amiga. Se me hizo muy tierna esa escena y pude comprender de que, Álex gustaba de Mia. Y Mia estaba detrás de un idiota que ni siquiera la registraba, solo la veía cuando necesitaba algo de ella, como su atención.
Deseaba con todo mi corazón, le rogaba al cielo, las estrellas que por favor, Mia se enamorara de Álex y pudiera ser feliz con alguien que realmente la quisiera por quién era y no por lo qué ella podría brindarle.

Ya se habían terminado las clases y yo iba camino a la parada de colectivo para ir a buscar a mi hermanita menor cuando me sonó el teléfono. Era un número desconocido. Revisé el número para ver si era de la ciudad y no esos números de estafas piramidales. Era de la ciudad.
Abrí WhatsApp y presioné su chat para ver su mensaje:

Hola Nicky... soy Mia :).
Te escribo desde el número de mi mamá.
Mis papás discutieron muy fuerte y mi papá estaba tan enojado que me rompió el teléfono y por eso no pude escribirles.
No fui a la escuela por eso, perdón.
Avisale a las chicas que no tengo teléfono, por faa! Te adoro❤️.

Me quedé congelada por lo que me habia escrito, una parte de mí estaba feliz de que no le hubiera pasado algo grave pero otra parte de mí estaba triste y enojada por lo que su papá le había hecho. No sabía que responderle.

Hola Mia, segura que estás bien?
Si necesitás hablar y desahogarte, contás conmigo. Le voy a avisar a las chicas que no tenés celu, tranqui. También te adoro💜.

Le envié el mensaje pero no obtuve respuesta, quizás quería estar sola o su mamá estaba ocupando el teléfono y por eso no respondía. Pensé en el tema del idiota de Agustin y Martina pero decidí que no era el momento más adecuado para que se enterara, ya le estaban pasando muchas cosas y no quería que se le viniera todo su mundo abajo por un hijo de puta.

Las crónicas de una adolescente promedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora