Ella no me miraba así...🫀

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POV Álex de Día Lluvioso🌧

Me había levantado ese día con un humor de la mismísima mierda, no quería hablar con nadie, ni siquiera quería levantarme para ir a la escuela.
Pero al levantarme y abrir las cortinas para revelar un día lluvioso, me levantó un poco los ánimos.
Me vestí como de costumbre, me dejé el pelo suelto que me llegaba hasta el hombro y me coloqué el suéter gris que me había regalado mi hermana mayor para mi cumpleaños número 15.

Bajé al comedor y encontré a mi hermana charlando con mi mamá sobre la carrera que le interesaba estudiar. Me escondí detrás del muro que separaba la cocina del comedor para escuchar.
- Ma, yo sé que no tenemos mucha guita para que yo me vaya a otro lugar pero posta te digo que es todo lo que quiero -decía mi hermana más seria de lo normal. Me sorprendió un poco.
Oí a mi mamá suspirar.
- Hija, vos sabés que yo siempre voy a querer que vos y tu hermano logren sus sueños pero... no sé si me da el sueldo para mantenernos a Álex y a mí acá y pagarte un depto más los libros, el transporte y la comida que es lo esencial -dijo mi mamá suavemente sin perder esa ternura que la caracterizaba pero se le escuchaba preocupada.
- Prometo trabajar, ma -suplicó mi hermana a mamá-. Sé que voy a poder mantenerme y estudiar.
- Melanie... ¿vos estás segura de todo esto? -preguntó mi mamá seriamente a mi hermana.
Hubo un breve silencio que pareció eterno y dramático con la lluvia que hacía sonar las chapas del techo.
- Si -afirmó firmemente Melanie-. Es mi sueño ser Médica y voy a hacer de todo para lograrlo.
Se agrandaron mis ojos por su confesión ¿quería ser doctora? Ella nunca me había comentado nada al respecto, se me rompió un poco el corazón.
Hubo silencio de nuevo.
- Bueno, lo hablaremos más adelante, ¿si? Ahora desayuná que tenés que ir a la escuela con Álex -dijo mi mamá levantándose de la mesa alejándose hacia su habitación. Salí de mi escondite enseguida para que no sospecharan que había estado escuchando.
- Buenas -dije bostezando calentando agua en la pava eléctrica. Mi hermana me miró y me sonrió.
- Hola, hermanito ¿qué tal tu despertada? -dijo burlona. Ella sabía bien que siempre amanecía de malhumor.
- Como siempre -dije sin darle mucha importancia. Abrí la heladera para sacar manteca y pan lactal- ¿Y vos?
Se quedó callada y tomó un sorbo de café. Le había incomodado la pregunta.
- Bien, normal -dijo mirando hacia afuera por la ventana desde su asiento.
Me preparé mis tostadas con manteca y mi café con leche, y me senté al lado de ella sonriéndole.
Ella me devolvió la sonrisa con ternura y me acarició la mejilla.
- Ojalá nunca crezcas -murmuró acariciando mi mejilla y levantándose de su lugar. Me dejó desconcertado su comentario mientras desayunaba.

Miré el reloj de pared y me levanté rápidamente agarrando mi mochila y mi campera. Seguro pasaría mucho calor con la campera pero al menos no me mojaría.
Salí corriendo a esperar el colectivo en la parada y me encontré con mi hermana que parecía distraída.
Me acerqué por atrás y la asusté.
- ¡Qué pelotudo que sos, pendejo! -exclamó asustada y molesta. Yo me reía ganándome al lado de ella mientras la lluvia caía como cascada alrededor de la parada.
- Estás rara hoy -le dije esperando a ver si me comentaba sobre su charla con mamá.
- Estoy bien, nomás que los días nublados y lluviosos me ponen así -mintió sacando su celular de su bolsillo. Me dolia que me mintiera pero tampoco la obligaría a que me dijera, ella me diría la verdad en algún momento y yo estaría allí con ella, apoyándola.
Vino el cole y nos sentamos juntos, pero ella no hablaba conmigo.

Llegamos al colegio y ella se fue rápidamente con su grupo de amigas dejándome atrás y yo entré al hall de la escuela. Miré alrededor buscando a Mia, siempre por alguna razón, la buscaba a ella en todos los lados en el que yo estaba. Me sentía menos solo cuando ella estaba cerca, me sentía seguro cuando ella me sonreía. No quería ser tan obvio pero es que, era inevitable. Me gustaba mucho y ninguna chica había captado tanto mi atención como ella. Ocupaba mi mente 24/7.
Cuando la localicé en el hall, mi sonrisa boba se desvaneció al verla escuchando música con Agustín, algo se retorció en mi pecho. Un pellizcón que me revolvió las entrañas un poco.
Ella me sonrió y yo la saludé con la mano, no me animé a interrumpir ese "momento" que estaba teniendo con Agustín. Iba a quedar como el mal tercio. Como un estúpido.

Las crónicas de una adolescente promedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora