Mi Dulce Furry (FayeYoko)

9

_ ¡Un brindis por FayeYoko! - proclamó Ice extendiendo la copa de champagne.

Todas levantaron las suyas como respuesta mientras soltaban un grito de hurra. Celebraban en casa de Ice, la felicidad se desborda de la pareja. Yoko no para de dar brinquitos y abrazar a Faye, nisiquiera la presencia de Marissa le molesta. La canina se había disculpado antes con las dos y prometió jamás hacer algo como eso. Confesó que se dejó llevar porque nunca había visto una furry conejo y no pudo resistir la tentación de jugar con ella. Lamentablemente no midió bien sus fuerzas y terminó lastimándola pero que no lo hizo con esa intención. Comieron y bebieron, pusieron algo de música para cantar y bailar, a modo de conclusión de la noche vieron una película romántica. Marissa reposaba en el regazo de Ice mientras que la conejita se quedó sentada en el piso, entre las piernas de Faye, siendo abrazada por esta. El climax del filme llegó, los protagonistas se dieron su primer beso de amor, la lobita le robó uno a su cuidadora, Yoko prestó suma atención a esa acción y luego miró a Faye, se descubrió a sí misma queriendo un contacto así con ella. Cuando su humana la descubrió mirándola se sonrojó y volvió su atención al televisor. Al concluir la visita volvieron a su casa. Faye la cargó en la entrada a estilo nupcial y envueltas en una carcajada entraron.

_ Ya es oficial, Apasra Lertprasert, bienvenida a tu nuevo hogar - Yoko escondió su cabeza en el cuello de la humana y susurró un "gracias".

En la sala la bajó hasta el suelo y se dejó caer en un mueble, la furry se sentó a horcajadas sobre ella, se acostó sobre su pecho y pasó los brazos por su cintura.

_ Yoko
_ Mjmm
_ No que no te gustaba que te tocaran de forma rara
_ Mjmm
_ ¿Y que haces entonces abrazándome así? Quítate furry aprovechada.
_ No, tú eres mía y en tus brazos estoy a salvo.

Faye pasó la mano por sus cabellos y sus orejitas, dejando suaves caricias, Yoko se acurrucó más en su cuerpo, respirando su aroma y dejando un camino de besitos en su cuello.

_ Faye, siempre hueles tan bien - dejó un besito en esa zona mientras acaricia su rostro con una mano.
_ No hagas eso Yoko - reclamó con la voz entrecortada.
_ ¿Por qué? - preguntó separándose un poco para poder mirar a la humana a los ojos.

Faye miró los delgados labios de Yoko; finos, rosados, húmedos y peligrosamente cerca, solo bastaría con acercar un poco su rostro y podría alcanzarlos. Borró sus pensamientos sacudiendo un poco su cabeza.

_ Porque no, ya levántate - la retiró de su regazo.
_ ¿Por qué no quieres acariciarme? - preguntó en un susurro con la voz quebrada - ¿No te gusto?
_ No es eso Yoko, es que ...- dudó un poco en su respuesta, no quería incomodar a su dulce furry con esos pensamientos que la han estado atormentando -. No es bueno para tí - acarició su rostro, la conejita se aferró a su mano tibia prolongando el contacto.
_ Todo lo que viene de tí, para mí, siempre será bueno.
_ Pero no te gusta que te miren o te toquen así, ese fue el motivo principal de que te alejaras de tu antigua familia, porque pensaste que estaban haciendo esas cosas contigo
_ Si esas caricias las proporcionas tú siempre las aceptaré porque te quiero y sé que me quieres. Tú siempre me cuidas y tus manos nunca me lastiman y por eso las necesito tanto - se acercó dando un pequeño brinquito hasta volver a quedar frente a ella, descansando su rostro sobre sus rodillas -. ¿Me das un besito? - Faye sonrió con ternura, se agachó para sostener su rostro entre sus manos y dejó un beso casto en su frente - ¡Así no! - chilló haciendo un puchero - como Marissa besó a Ice durante la película - Faye abrió los ojos sorprendida.
_ ¿Estás segura?
_ Si, por favor - volvió a hacer un puchero y gateó con las rodillas para quedar aún más cerca.

Los labios le comenzaron a hormiguear, una oleada de deseo atravesó a Faye. Tenía el consentimiento de Yoko para besarla pero, que tanto sabía ella lo que estaba pidiendo.

_ Yoko, Ice y Marissa se besan así porque son una pareja, ¿Me entiendes? Tú y yo no lo somos. Lo hacen porque se aman de forma romántica y con la intención de llegar a tener más intimidad en su relación. Las personas solo besamos de esa forma a nuestras parejas
_ ¿Entonces tú no me amas? Yo te amo Faye, y no quiero que beses así a nadie que no sea yo - sentenció la conejita con el ceño fruncido. Se levantó y volvió a sentarse en su regazo - ¡Bésame! Peraya Malisorn y deja de tratarme como a una niña, yo sé perfectamente lo que un beso así significa.

La orden de la furry le provocó un escalofrío a través de la columna, sin resistirse más tomó su rostro con una mano y pasó la otra por la espalda baja de la conejita, acercó su rostro y la besó con cuidado. La piel delicada de Yoko le erizaba cada fibra de su cuerpo, comenzaron a mover sus labios y a buscar más cercanía. En un momento Yoko pasó su lengua por el labio inferior de Faye pidiendo acceso a su boca, sin chistar se lo permitió e intensificaron el beso. Las manos delicadas de Yoko recorrían la parte delantera del cuerpo de Faye. Se separaron para respirar y descansar. La humana buscó algún indicio de arrepentimiento en la furry.

_ ¿Te gustó? - la conejita sonrió sonrojada y asintió.
_ Me encantó
_ ¿Segura? Si no te gustó podemos olvidar que sucedió.
_ ¡Nooo! P'Faye, te dije que me gustó, me fascinó, es la mejor sensación que he tenido en mi vida. No quiero fingir que esto no pasó - se abrazó a su cuidadora y dejó un camino de besitos en su cuello y mandíbula - ¿A tí te gustó? - preguntó con preocupación.
_ Más que cualquier otro beso que haya dado en mi vida - la abrazó mientras daba su respuesta.

Se quedaron en esa posición por algunos minutos, respirando el aroma de la otra. Faye acariciaba el fino cabello de la furry con una mano y con la otra trazaba extraños patrones en su espalda.

_¿Podemos repetirlo? - pregunta Yoko interrumpiendo el silencio
_ Cada vez que quieras.

Volvieron a fundir sus bocas en un cálido beso, una y otra vez a lo largo de la noche.