El día había llegado, el cumpleaños de la hija de su prometido estaba a tan solo unas horas y el aún no estaba listo.
-Jungkook, ven acá— Regañó viendo como su pequeño hermano corría por toda la habitación.
—Lo siento— Dijo Jungkook dejándose poner la ropa.
—No te preocupes— Dijo buscando a Jimin y viendo como este se peinaba con mucho cuidado.
Ayudó a Jungkook a ponerse su pantalón, quitó la camisa sudada que tenía por tanto correr y se encontró con algo que lo dejó helado.
Jungkook había ganado masa muscular y una ligera barriga se asomaba en el abdomen del pequeño de 10 años. Ya no había rastros de aquella piel delgada marcada por las costillas y el abdomen hundido.
—No me veas así— Dijo Jungkook.
—¿Por qué?— Cuestionó el mayor sentir sus ojos picar.
—Ya se que estoy gordo— Contestó un tanto molesto consigo mismo.
—No digas eso, estás precioso— Dijo acariciando su cabello cuando una lágrima se le escapó del ojo.
Jungkook no comprendió del todo eso y en sus pensamiento inocentes pensó que su mayor lloraba porque le avergonzaba tener un hermano menor gordo.
El pequeño no entendía cuando su hermano Jimin decía que no le gustaban sus mejillas regordetas, ni sus manos pequeñas, eran cosas que no sabía lo que significaba hasta que entró a su nueva escuela y vio el reflejo de lo que quería ser en otros.
Se sentía inferior al ver como todos eran delgados y el estaba engordando.
Pero, ¿a quién culpaba?
Casi nunca disgustaba aquellas deliciosas comidas antes de que su hermano estuviera comprometido con el viejo, estaba triste al sentir que no podía dejar de comer porque era delicioso.
—Ya estás— Dijo el mayor dando palmaditas en su barriga y pararse de ahí, pidió a Jimin que peinara a su hermano y salió a buscar su atuendo en la habitación que compartía con su prometido.
Cuando estuvo listo se vio al espejo, por primera vez en mucho tiempo se sintió lindo.
Un sentimiento amargo sintió en su garganta al ver la magnitud de sus palabras, sentirse lindo es algo que casi nunca sentía, se sentía la mayoría de tiempo muy cansado y agotado como para sentirse bien en su aspecto físico.
Salió de ahí un poco apenado, ya que no era costumbre de él sentirse así de lindo.
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Kim Namjoon caminaba hacia el estacionamiento de su vehículo ya más que listo para la elegante fiesta de los Kim.
Claro que había sido invitado ya que desde que era un crío había sido vecino de la familia Kim, se había criado con Taehyung y podía literalmente decir que era un hermano para él, habían pasado muchos momentos buenos y malos juntos, se sentía satisfecho con su amistad con el castaño.
