Capítulo 97

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Al ver la situación, Simón gritó de inmediato: - ¡Nadie se mueva, va a rendirse! Vean claramente.

Con la voz de Simón hablando, Renzo tiró el cuchillo puntiagudo y levantó lentamente sus manos.

Simón también alzó sus manos y se acercó a la mujer de la camisa blanca.

La mujer avanzó a grandes pasos, arrastrando a Simón hacia ella y luego llevó su mano hacia atrás, hacia su cintura.

Pero en ese instante, Simón agarró su mano.

Una fuerza poderosa impedía que se soltara, y ella miró muy sorprendida a Simón.

Simón dijo en voz muy baja: -No hay necesidad de estar tan tensa, ya no es en realidad una amenaza.

Mientras tanto, Renzo ya se había arrodillado en el suelo y se tumbó en él.

Simón soltó la mano, y la mujer de la camisa blanca lo miró con el ceño fruncido y luego hizo un gesto con la mano.

Un grupo de agentes especiales se abalanzó y tomó el control de Renzo, llevándolo rápidamente al coche de policía.

Viendo que la situación estaba bajo control, la mujer de la camisa blanca se dirigió a Simón y preguntó: -¿Cómo te llamas?

-Simón.

-¿Qué relación tienes con Renzo?

-No lo conozco.

-Parece que hay algo más, ¿qué hablan anteriormente?

-Le dije que no me matara.

-¿Eso es todo, en realidad?

-¿Qué más podría ser?

La mujer miró fijamente a Simón, y después de un rato preguntó: -¿Has entrenado antes?

-Sí he entrenado. -Respondió Simón.

La mujer de la camisa blanca dijo lentamente: -No me extraña que estés tan calmado, ven con nosotros para hacer una declaración.

-No hace falta, mi declaración es muy simple, puedo darla aquí mismo -dijo Simón con total indiferencia.

La mujer de la camisa blanca lo observó detenidamente, y después de un momento ordenó: - Alguien, tome su declaración aquí mismo.

Una agente especial femenina, se acercó inmediatamente con una libreta y comenzó a tomar atenta nota.

-Cuéntame -dijo la mujer.

Simón se encogió de hombros y dijo: -Pasaba en el coche y escuché fuerte ruido, así que vine a ver qué sucedía, luego fui tomado como rehén.

-¿Eso es todo? -preguntó la mujer de la camisa blanca.

Simón afirmó y dijo: -Totalmente.

-Firma aquí.

La agente le pasó la libreta, Simón la revisó con detenimiento, firmó y dejó su nombre y número de teléfono.

La mujer dijo: -Nos pondremos en contacto contigo para verificar la información, por favor mantén tu línea abierta.

-No hay problema. -Respondió Simón-. Sobre Renzo...

-¿Tienes algo que decir? -preguntó rápidamente la mujer.

Simón frunció el ceño y dijo: -Él es una víctima, no busco responsabilizarlo por esto, espero que centren toda su atención en Hugo.

La mujer de la camisa blanca reflexionó por un momento y dijo: -No te preocupes por eso, investigaremos lo que haya que investigar.

Simón sonrió levemente y dijo: -Solo me preocupa que no puedas hacerlo.

Dicho esto, Simón se marchó a grandes pasos.

La mujer de la camisa blanca frunció el ceño y agarró el hombro de Simón con fuerza, diciendo: -¿Qué quieres decir?

-Nada, es solo un dicho. -Respondió Simón.

La mujer de la camisa blanca respiró con fuerza y dijo: -Soy Lucia Diaz, la subcapitana del equipo de detectives de la ciudad, y seré leal a mis deberes.

-No estoy preocupado por eso y, no tengo ninguna duda al respecto, pero como estás dentro del sistema, deberías saber que a veces las cosas no funcionan como uno quiere, incluso si eres la subcapitana.

Después de decir eso, Simón se alejó a grandes pasos.

-Qué persona tan descortés. -Dijo la agente especial femenina, insatisfecha.

Lucia frunció el ceño: -Esta persona, no es sencilla.

Cuando Simón regresó a casa, ya eran más de las tres de la tarde, sentado en el sofá, recordando lo que acababa de pasar, estaba muy sumido en profundos pensamientos.

De hecho, este tipo de cosas, se han visto una y otra vez, solo que, muchas de ellas no estallan.


Conviviendo con una atractiva CEO después del divorcioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora