nota de la autora ;; en este capitulo voy a usar una canción y voy a cambiar poquitas partes de la letra de ésta. así que no va a ser tal cual a como es la canción original.
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19 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 2024 𝚌𝚞𝚖𝚙𝚕𝚎𝚊𝚗̃𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝙰𝚛𝚒𝚊𝚗𝚊
ARIANA DORMÍA plácidamente cuando se despertó con varios besos por toda la cara. Supo que era Bautista, que estaba como loco porque era el cumpleaños de la chica. Ayer se habían quedado hasta tarde haciendo algunas cosas... y charlando con algunos más. La chica estaba muy cansada, por eso se había quedado hasta tarde.
-Desperta, hermosaaa. -le decía el chico.
-Un ratito más, por fa. - bostezaba la rubia.
-No, no, amor.
Ariana por fin abría los ojos cuando vio a su novio-no novio con un hermoso desayuno. Consistía en cuatro tostadas con huevo adentro en forma de corazón, con dos cafés. La rubia amaba el café, era fan.
Miró el plato y sonrió ampliamente, ella siempre que su cumpleaños se acercaba, estaba sensible. Bautista ya la habrá hecho llorar de emoción 1000 veces, ahora son 1001.
-Qué lindooo. -pudo decirle la chica, luego de abrazarlo como pudo.
Desayunaron juntos en el cuarto, solos. Cuando la rubia salió de la habitación no se encontró a nadie, hasta que de la nada salieron de sus escondites a desearle feliz cumpleaños. Otra vez, ella se puso a llorar. Amaba estos detalles y normalmente no eran así de amables con ella en su vida cotidiana, fuera de gran hermano.
Luego de un rato la rubia se sentó encima de su novio-no novio y charlaron un poco entre todos. Bautista se fue a quién sabe dónde pero Ari se quedó hablando con las chicas. Se llevaba muy bien con ellas.
Pasaron algunos minutos cuando la rubia ya extrañaba a su novio. Lo buscó afuera, en el cuarto de hombres, se fijó si el confesionario estaba ocupado y no. Finalmente, fue al único lugar que quedaba, la habitación de las chicas. Antes de entrar, Zoe le tapó los ojos a la de ojos azules.
-¿Qué? -rió la chica.
Se adelantó despacio hacia adentro de la habitación, y cuando Zoe finalmente le sacó las manos que le tapaban los ojos, vio enfrente suyo a Bautista, al lado la cama llena de rosas, sus favoritas, haciendo forma de corazón, con golosinas, también, sus favoritas, y en el medio, una cartita.
-No puede ser -quedó en shock la rubia.
El chico la miró, impaciente.
-¿Qué? ¿no te gustó? -dudó él.
-¡Le encantó! - le gritó Rosi, con su hermosa sonrisa.
El de ojos azules buscó una reacción, hasta que después de un gran rato, la rubia abrazó como nunca al chico.