09. 𝙤𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩 ᵖ⁴

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El sol de la mañana iluminaba la habitación cuando recibí un mensaje de Bau 💗

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El sol de la mañana iluminaba la habitación cuando recibí un mensaje de Bau 💗.

Bau💗: Buenos días, Ari.
Bau💗: Te gustaría pasar la mañana en la playa? Conozco un lugar tranquilo, por acá, donde podemos relajarnos.
Bau💗: Tomi me estuvo reclamando para vernos. Entonces se me ocurrió que podemos ir los tres, ¿no?
Ariana: Buenos díasssss
Ariana: Me encantaría, gracias por pensar en mí.
Bau💗: Siempre pienso en vos 😉

No supe cómo reaccionar cuando leí eso, pero fue inevitable no ponerme nerviosa e ilusionada. Sonreí al teléfono como una tonta, y empecé a chillar. Sí que a veces parezco chiquita.

Nos encontramos en la entrada del hotel junto con Tomi y nos dirigimos a una playa apartada y tranquila. El sonido de las olas y la brisa marina eran perfectos para una mañana relajante. Extendimos nuestras toallas en la arena y nos sentamos, disfrutando de la vista del mar. Yo llevaba una bikini toda naranja, normal. Bauti tenía un short de malla color negro. Ya había desviado varias veces la vista para ver sus músculos, debo admitirlo. Y verlo así, me hacía sentir más cosas.

- Qué lindo día -dije, mientras cerraba los ojos, disfrutando la brisa en mi rostro.

- Sí, sí. Me alegra que hayas podido venir -respondió Bauti.

Nos miramos por un momento, y la tensión entre nosotros era palpable. Tomi miraba, algo confundido. Pero no dijo nada.

Bauti rompió el silencio, levantando una botella de protector solar.

- ¿Necesitás ayuda con el protector solar? -preguntó, con un tono divertido.

- Claro -respondí, sintiendo un cosquilleo en el estómago.

Otra vez, Tomi estaba mirando, nada más. Parecía el que sobraba acá.
Se inclinó hacia mí y comenzó a aplicar el protector solar en mis hombros y espalda. Sus manos eran suaves, y cada roce me hacía sentir más nerviosa y emocionada. Cuando terminó (lamentablemente), me sonrió y se sentó a mi lado. Tomi subió y bajó las cejas.

- Listo. Ahora no te vas a quemar. -dijo, guiñándome un ojo. Yo sonreí, nerviosa.

Pasamos la mañana nadando y jugando en la arena. En un momento, Bauti me levantó en brazos y me llevó al agua, ambos riendo como niños. La cercanía entre nosotros era innegable, y cada pequeño gesto y mirada aumentaba la tensión.

Tomi ya no pudo quedar callado.

- ¿Qué onda ustedes dos?

Yo me aclaré la garganta.

-¿Nosotros qué? -Pregunté.

Tomi me miró, obvio. Terminó hablando nuevamente Tomás.

-No se hagan los boludos. ¿Pasa algo entre los dos?

Respondimos a la vez.

-Sí.

-No.

Ups.

𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ;; 𝖻𝖺𝗎𝗍𝗂𝗌𝗍𝖺 𝗆𝖺𝗌𝖼𝗂𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora