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Era miércoles por la noche y Bautista no aguantaba más. Quería saber qué le pasaba a Ari. Por eso, luego de la gala de nominación, la fue a buscar.
-Aru, ¿podemos hablar? -entró a la habitación donde ella estaba.
La rubia dudó.
-Estoy hablando con Zoe.
La recién nombrada habló.
-Anda si queres, Ari.
La chica aceptó y fue con Bautista afuera. Él no sabía cómo empezar. Ella no quería empezar.
-¿Está todo bien? -empezó el chico-. Bueno, no. Sé que no. ¿Pero qué pasó? ¿qué hice? No me gusta vernos mal, Aru. Por favor, decime. -sonó desesperado, pero no le importó.
-Bau... vos sabes -se mordió el labio, nerviosa -. Sabes qué me hiciste. Sino no me estarías preguntando.
-Te pregunto porque te veo distante. No sé que hice. Quiero saber.
-En serio creí que lo que me hacías era posta. Te re quería, Bautista. Pero se ve que vos no. -Cerró los ojos, no quería llorar. Le dolía fingir esto.
-¿Querías? -No pudo evitar soltar -¿Me querías? ¿Ya no? -. Se le cristalizaron los ojos.
La rubia no podía contestar. Realmente lo quiere.
-Contestame, Ariana. -eso ya fue más seco.
Desde dentro de la casa observaban la escena. Parecía toda de telenovela.
-En realidad te quiero. Pero vos no. -se le cristalizaron los ojos a ella también. No le gustaba nada esto.
-¿Quién te dijo eso? No. No es así. Siempre te quise y te voy a querer. ¿No te das cuenta? -gritó esta vez el uruguayo.
Ari se tapó la cara con sus manos. No iba a poder soportar más esto. Pero había que seguir.
-Vos me tomaste como juego, nada más. -se destapó la cara, apreciando mejor las lágrimas que caían por su rostro.
El chico se sentó en los sillones de afuera, se tapó la cara también.
-No puedo creer que pienses esto. -susurró.
-Creelo. Porque vos sabes que es verdad. -se secó las lágrimas y ahora lo decía mas seria.
Bauti negó con la cabeza y se levantó, de golpe.
-¿Qué te hace pensar eso?
-No te hagas el boludo. Me usaste.
-No, no. Decime. -dijo el uruguayo, mirándola, impaciente.