A Sara le encantaban las manos de Franco.
Siempre le habían gustado, pero parecía que desde que había regresado... su fascinación había aumentado.
Le encantaba la tierna sensación que tenía cuando envolvía su mano con la de ella.
Cuando podía levantar suavemente su mano y darle un beso amoroso.
Cuando estaban en la cómoda privacidad de su hogar y sus manos recorrieron su muslo... acercándose a su lugar favorito.
Cuando estaban entre las sábanas y sus manos jalaban los mechones de su cabello.
Por mucho que amaba la fantasía que rondaba por su cabeza, sabía que tenía que levantarse de la cama.
Tenía un largo día por delante y aunque su marido y ella habían adquirido el hábito de satisfacer siempre cualquier deseo que tuvieran independientemente de lo que hubieran planeado... Eso no era una posibilidad cuando su marido estaba a miles de kilómetros de distancia.
Franco había estado fuera de la ciudad durante casi una semana por un viaje de trabajo de dos días que se había extendido debido a que su vuelo fue cancelado dos veces.
Estaba frustrada... en más de una manera, pero no era como si pudiera culparlo por la clima.
Pero tampoco quería salir de su habitación y atender cualquier obligación que tuviera en la hacienda.
Justo cuando su mente empezaba a andar otra vez... Sara escuchó sonar su teléfono.
"Bueno" habló, su voz insinuando su actual estado de molestia.
"Ooy ooy...que tonito" respondió Franco al teléfono "Alguien no está teniendo una muy buena mañana" continuó.
"Realmente no puede ser una buena mañana cuando mi esposo está tan lejos" respondió Sara en un tono más suave.
"Lo siento mi vida... pero lo bueno es que el clima es mucho mejor aquí, así que no creo que mi vuelo se retrase nuevamente" habló.
"Creo que ya he escuchado esto antes" bromeó Sara, sintiéndose un poco mejor de humor.
Aunque estuviera un poco molesta por su falta de presencia...oir la voz de su esposo siempre la ponía de mejor humor.
"Pero esta vez lo digo en serio" respondió, a larga distancia de su casa... se reclinó contra la cabecera de la cama del hotel.
"Estoy empezando a pensar que me está mintiendo Señor Reyes" respondió ella ...sin saberlo, recostada en la misma posición en la que él estaba.
"Nunca lo haría" respondió Franco, fingiendo estar sorprendido.
"Ah bueno" bromeó Sara "Me alegra oírte decir eso porque si me estuvieras mintiendo no té daría la cálida bienvenida que estaba planeando" respondió coquetamente.
"Oh de verdad...y qué es exactamente lo que tienes planeado" habló emocionado; una sonrisa creciendo en su rostro.
"Bueno, podemos decir... ciertas actividades que requieren que no salgamos de nuestra habitación durante horas" Sara habló, prácticamente susurrando.
"Me suena muy bien" Franco habló rápidamente, sintiendo ciertas partes de su anatomía cada vez más incómodas con su actual estado de vestimenta. "Es más" continuó "si sigues contándome sobre estos planes, es posible que tenga que pagarle al piloto para que me lleve personalmente de vuelta a San Marcos" habló.
"Suena como una gran idea si me preguntas a mí... especialmente si pones a trabajar esas maravillosas manos tuyas cuando llegues a casa" respondió Sara, cerrando los ojos... imágenes de los dos pasando por su mente.
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𝐒𝐚𝐫𝐚 𝐲 𝐅𝐫𝐚𝐧𝐜𝐨 | 𝐄𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐨𝐬
Romanceaquí hay algunas historias sobre la pareja favorita de todos de Pasión de Gavilanes. Envía recomendaciónes sobre lo que quisieran que escriba 🖤