8

147 32 0
                                    

Aunque los gatos no lloran lagrimas como los humanos pueden transmitir quejas y dolor a través de su maullido.

Eso hizo, su pecho dolió y su garganta ardió de tanto llorar, fue ignorado y en cuanto lo colocaron en la transportadora supo que desde ese momento se encontraría de nuevo solo.

Ignoro los llamados que le hacían desde afuera, su tristeza le hizo imposible asimilar lo que pasaba a su alrededor así que solamente se acurruco haciéndose bolita en el limitado espacio y escondió lo más que pudo su rostro.

—Por favor tenga paciencia. No lo encontramos solo, así que la separación con su compañero debe afectarle.

Yoongi intentó ver más allá pero solo pudo notar pelo blanco.

—Está bien.

—Está es su cartilla de vacunación y en este papel está la fecha para su control,—Hoseok le entregó ambas cosas.—lo hemos coordinado a su asistencia al hospital, en este caso tendrá que traerlo una ves al mes.

Rose se acercó y le extendió la transportadora. La tomo y aunque no lo pareciera la verdad es que no pesaba.

Se despidió con una leve reverencia y dio media vuelta retirándose junto a Namjoon.

—En la maleta que te dejaron pedí que metieran las pertenencias con las que llegaste.

—Gracias.

—No hay de que.

Caminaron hasta la entrada y un taxi amarillo se detuvo enfrente de ellos.

—Tu hermana me pidió darte esto.—de su bata blanca sacó un sobre blanco y con una mano se la entregó.—y si necesitas algo o solo quieres platicar, por favor llama, no importa la hora.

Yoongi asintió, tomo el sobre y se metió al automóvil, después de acomodar su maleta en el cofre puso la transportadora a su lado y se despidió mostrando su mano en la ventana.

El camino fue largo y pesado, hacia viento y en el cielo las nubes se mezclaban dejando caer pequeñas gotas de agua.

Después de una hora y veinte minutos llego, sacó un par de billetes del sobre y pago, salió acomodando su sudadera y con ayuda del conductor aunque realmente no la necesitaba, llevo todo a la entrada de un edificio de no más de tres pisos.

Se adentró ignorando al portero y subió las escaleras hasta el tercer piso, buscó entre sus cosas y de una bolsa transparente con notas pegadas a ella sacó unas llaves.

Cuando abrió la puerta lo primero que lo recibió fue el olor a polvo, miro de un lado a otro sin aun atreverse a entrar y noto que todo seguía igual, el juego de sofá gris, el tapete blanco debajo de ella, el comedor con solo una silla y la televisión anclada a la pared. Dio un paso y luego otro, la puerta se cerró con un chirrido y soltó la maleta, dejándola ahí sobre el suelo de madera.

Era extraño tener que volver.

Paso de largo y se adentró a la que era su habitación, puso la transportadora sobre la cama y se dejó caer el a un lado de esta. Su ante brazo cubrió su rostro y su otra mano descansó sobre el colchón mientras en su muñeca aún sostenía las llaves.

Fueron largos minutos donde no se movió hasta que escucho algo removerse.

Ho si, ya no era solo el.

Se reincorporó sentándose ahí en la orilla de la cama y volteo solo su torso hacia donde estaba ese ruido, el cual había cesado en cuanto tomo la transportadora y la colocó sobre sus piernas.

Abrió la pequeña rejilla y al ver que nada salía la dejó a un lado, se levando y se agachó hasta lograr mirar hacia dentro.

—Ey, pss pss, ¿Sigues vivo?.

Inmediatamente se sintió estúpido al preguntar aquello, rodó los ojos y metió una mano intentando removerlo.

De inmediato el gato blanco giró sobre si y lo miro, ¿estaba enojado?, eso creía.

Sintió un pequeño hormigueo en la boca de su estómago al hacer contacto visual, lo atribuyó a que era porque ya era tarde y no había comido, así que lo ignoro.

¿Acaso no piensa salir de ahí?.

Yoongi se levantó al ver que no había intención alguna de ello así que salió un momento y regreso con un plato hondo con lo que parecía ser agua, la puso en el suelo y espero cruzado de brazos.

—No me agradan las bolas de pelo pero tú y yo no tuvimos opción.

A Jimin tampoco le agradaba, se removió y de un salto salió hasta que sus patas tocaron la cálida madera, su mirada viajó por todo el lugar y se estiró al haberse sentido entumido ahí dentro.

Ignoro al humano y se acercó al plato donde olfateó, al ver que todo estaba en orden sacó su lengua tomando del líquido con su pequeña lengua.

Satisfecho se sentó ahí mismo y maulló.

Yoongi dedujo que tendría hambre así que volvió a la entrada y sacó de la maleta su cartera la cual aún tenía su dinero intacto y el teléfono que parecía estar apagado. Lo dejó conectado en el enchufe de la sala y con llaves en mano salió.

Jimin al no escuchar ruido se sintió con la curiosidad de husmear. Por aquí y por allá camino sobre sus cuatro patas.
Olisqueó todo, ropa, cama, baño y calculo por donde podría salir en caso de estar en peligro.

De un brinco subió a la barra de la cocina, desde ahí podía ver gran parte del lugar, luego volteo y salto a la isla en medio y después al fregadero.

Todo estaba vació.

Dio un salto en su lugar en cuanto escucho la puerta abrirse así que ahí mismo trato de esconderse.

Fue en vano pues en cuanto Yoongi apareció dejó varias bolsas sobre el comedor, volteo y lo primero que vio fueron unas orejas sobresalir en el interior de la cocina. Lo ignoro así que sacó lo que había ido a comprar.

Dos tazones en tono plata, alimento, arenero y un cojín enorme donde pudiera dormir.

Colocó todo a un costado de la sala, donde estaba la entrada a su habitación y después de servir se adentró a esta y cerró la puerta.

Jimin subió lentamente su cabeza hasta que sus ojos lograron ver, salió de ahí bajando de un salto y en cuanto en su nariz llegó el olor a comida corrió e inmediatamente hundió su rostro ahí, ya mañana se preocuparía de lo demás.

El gato blanco (Yoonmin).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora