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En medio de la madrugada fue que se despertó, rodando de un lado a otro trato de volver a conciliar el sueño sin embargo le fue imposible, quitándose de encima las enormes cobijas se levantó, decidido a tomar alguna pastilla que lo ayudara a dormir.

Camino descalzo, sintiendo el frío de la madera bajo sus pies mandar un hormigueo que al llegar a la parte superior de su cuerpo se convirtió en un intenso escalofrío.
Las bajas temperaturas estaban volviéndose más y más fuertes así que ya no seguiría posponiendo arreglar la calefacción.

Abrió la nevera sacando un envase de leche a medio acabar y con ello fue hasta el gabinete detrás del espejo del baño, donde sacó un frasco y luego un par de pastillas.

Al volver al comedor se sentó aventando el medicamento en su boca, tragándolas en conjunto con el líquido blanquecino del envase.

Ahí el sonido de una llamada entrando a su teléfono le hizo volver a la habitación, lo tomó del pequeño mueble de la cama y de inmediato la rechazó y justo cuando iba a dejarlo volvió a sonar.

Debido al ruido el felino abrió sus ojos y miró en dirección hacia a donde el humano se encontraba de pie. Dejando a un lado la molestia de haber despertado había una sensación extraña que lo hizo reincorporarse y caminar hacia el, cerca de la orilla de la cama maulló inquieto teniendo la necesidad de decirle, advertirle.

Algo malo iba a suceder.

Yoongi exhaló resignado, atendió presionando el emoticón verde, dudaba que dejaran de molestar si no lo hacía, así que, sin decir alguna palabra espero y de pronto se tensó al escuchar un llanto tras la línea.

—N-No cuelgues.

Se forzó a sí mismo a no hacerlo así que con su mano temblorosa por la fuerza al sujetar el teléfono trago el nudo de su garganta, obligándose a preguntar.

—¿Ella está bien?.

—Si.—quiso relajarse pero volvió a escucharla llorar.—Y-Yo... no quise decírtelo pero, papá será puesto en libertad.

—¿Que?,—negó, terminando de procesar lo que había escuchado.—es mentira, ¡mientes!.

—¡No!, ¡jamás haría algo como eso y lo sabes!.

Miro algún punto de la habitación pestañeando ante las imágenes borrosas y distorsionadas que comenzaban a formarse. Respiro hondo poco a poco con calma al sentir sus músculos relajarse. Lo más seguro es que el medicamento estuviera haciendo efecto.

—Te prometo que no volverá a ponerte una mano encima, yo me encargaré de todo.

—Yoongi, mamá quiere que regrese a casa.

Soltó el teléfono, escuchando un ruido sordo al estamparse contra el piso, quiso sostenerse de la pared pero esta se resbaló, llevándolo a caer de rodillas.
El felino bajo rápidamente de la cama, moviéndose de un lado a otro cerca de él, sin saber exactamente qué hacer, lo único que sabía era que su pecho dolía como el infierno.

Yoongi logró recostarse perdiendo poco a poco la consciencia siendo lo último en ver esos ojos azules observarlo, ¿tristes?, No lo sabía y no tuvo tiempo de pensar en ello, ni en en algo más ya que se vio envuelto en un sueño profundo.

El felino abrió sus ojos asustado, pensando en que quizá aquel humano estuviera muriendo, el dolor en su pecho se intensificó y eso lo arrastró a caer inconsciente a su lado.

Es él momento.

Lo has encontrado,
Jimin.

Yoongi se removió, sintiendo lo duro del suelo bajo su cuerpo. La helada brisa acarició su piel, enfriándola más de lo que ya se encontraba, tiritando y con esfuerzo logro entreabrir sus ojos siendo el techo lo único en lo que se concentró, hasta que sus cinco sentidos se coordinaron correctamente.

La llamada.

Sok llorando y el cayendo al suelo.

La bola de pelos...

Giro su cara a aún lado y ahí, un rostro ajeno muy cerca del suyo parecía dormitar, volvió a cerrar y abrir sus ojos un par de segundos en varias ocaciones, pellizcándose alguna parte del cuerpo pero el dolor que terminó despertándolo aún más le aseguro que lo que veía era real y no un sueño o producto de su imaginación.

Su corazón se agitó y como si hubiera visto un fantasma gritó. Se levantó, logrando sentarse y retrocedió chocando su espalda contra la pared.

Estaba en un sueño, tenía que ser uno porque...

—¿Que carajos?.

La persona que veía recostada hizo una mueca y así, moviéndose un poco fue que despertó.

Azules, sus ojos eran de un brillante azul. Con la extraña sensación de familiaridad no pudo dejar de verlos en cuanto estos hicieron contacto con los suyos.

Un dejavú.

No se sentía incómodo ni tampoco tenía miedo, al contrario estos parecieron querer decirle algo que no entendió pero pareció mantenerlo en calma, bajo la mirada hasta sus labios pálidos y regordetes intentando balbucear.

—F-Frío.

Fueron las primeras palabras que el chico dijo.

Y como no. Joder, hacía demasiado frío y él estaba completamente desnudo.

¡Estaba desnudo!.

Por dios, se reincorporó apartando rápido la mirada, y como pudo logró alcanzar una cobija de la cama, se la lanzó encima y este se hizo bolita envolviéndose por completo, aferrándose con sus pequeñas y temblorosas manos a la tela.

Camino a pasos rápidos hacia la entrada, asegurándose que esta estuviera cerrada y así fue, estaba aún con llave, de ahí regreso a la sala donde intentó levantar el cristal de la ventana pero esta estaba asegurada.

Entonces, como fue que esa persona había terminado dentro de su departamento si es que todo estaba cerrado. Se froto la cara exasperado, intentando encontrar alguna explicación lógica pero por más que lo hacía no encontraba ninguna.

Fue ahí que se percató de los tazones vacíos del felino y alguien de pie, recargado bajo el marco de la habitación, aquel chico de cabellera tan clara y levemente rizada estaba cubriéndose el cuerpo con la cobija que le había dado pero algo de lo que no se había percatado era que en medio de todo ese revoltoso cabello dos puntiagudas orejas de pelaje blanco se movieron.

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⏰ Última actualización: Jun 30 ⏰

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El gato blanco (Yoonmin).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora