Capítulo 3. Tang Tang engaño a su viejo Gong.

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Lo que está delante de él es, probablemente, la habitación de alguna cortesana, hay un poco de humo del quemador de incienso Kiln Boshan¹, y su dulce aroma hacía que te sintieras caliente y sediento.

La cama antigua era sencilla y de madera exquisita, adornada con una cortina de seda transparente, que ondeaba con el viento, revelando múltiples accesorios dispuestos desordenadamente.

“En piso de abajo del Burdel Fengyue, hay una escena pintoresca de agua fluyendo, pájaros cantando y golondrinas bailando.

En el piso de arriba del Burdel Fengyue, hay damas encantadoras con mangas rojas, sonriendo con gracia, no es más que ‘vivir en un sueño embriagador y morir²’.

Rong Tang acababa de abrir la puerta, encontrándose con un par de frías pupilas, y tardó mucho tiempo en reponerse del susto que le causó su mirada.

Un extremo de la fina cadena de oro estaba ataba a los pies de la cama, y el otro extremo recorría el suelo, ocultándose bajo la mesa.

Delante de la mesa redonda está sentado un joven de unos dieciséis o diecisiete años, ojos de fénix y labios bermellón, hombros rectos y firmes como una montaña, y un perfil hermoso, a la luz de las brillantes velas, ni siquiera la cortesana más hábil podría observar a detalle ni tres partes de su apariencia. Las ropas de este joven son sencillas, no parece poseer riquezas, sin embargo, tiene una peculiar aura de seductora frialdad.

Desgraciadamente, esta frialdad y simplicidad se arruinaron por sus ropas rasgadas, ahora, parece una belleza lunar que ha sido acosada.

No es adecuado que siga usando estas ropas, todas fueron violentamente desgarradas, y una sección de la tela verde azulado de mala calidad estaba tan desgarrada que se podían ver las hebras del hilo, pero no se cayeron, permanecieron firmemente adheridos a su cuerpo, como si tratasen de cubrir la ropa interior de color blanco, protegiendo a la débil belleza lunar, pero, esto tenía un efecto contraproducente y sólo ocasionaba más oleadas de un deseo desenfrenado.

Fue un vano intento de pisar la santidad y convertir la frialdad en suavidad.

Los pasos de Rong Tang se detuvieron, incapaz de reaccionar por el momento.

En su vida anterior, también había visto el aspecto afligido de Su Huaijing cuando fracasaban sus estratagemas, pero nunca había sido deshonrado como ahora.

...

En los recuerdos de Rong Tang, cuando el Emperador Renshou sospechó de él y envió a sus guardias secretos a investigar, Su Huaijing todavía fue capaz de permanecer de pie en el piso superior del Salón Liujin, levantando una taza de vino y señalando hacia abajo mientras era iluminado por la luz de la luna y las velas, diciendo cálidamente: “La salud de Su Señoría no es buena y, de hecho, no deberías estar en un lugar como el Burdel Fengyue, ¿por qué no te sientas y compartes un trago conmigo? Es mejor no desaprovechar un hermoso paisaje con mujeres tan hermosas”.

Rong Tang regresó de su recuerdo, un poco distraído cuando le preguntó al sistema:

—Eso... ¿fue real?

【Fue real】 dijo el sistema.

La rabia y el remordimiento surgieron en su corazón, pero Rong Tang se obligó a calmarse.

—¿Por qué tuvo que pasar por eso?

El sistema no dijo nada, no sabía que responder.

El mundo de la novela nació gracias al protagonista, y la conciencia del Dao Celestial surgió gracias a ese protagonista.

Mientras el final del protagonista fuera bueno, el mundo estaría bien, y en cuanto al villano...

Para arruinarlo un poco más, el autor le dio una vida lo más indignante posible.

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