03. Tu mirada, mi mirada, apocalipsis.

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Cassandra López

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Cassandra López.

Me ponía mi abrigo, y me peinaba un poco, hoy Fermín tendría partido, y yo como su hermana no me lo iba a perder. Así que sí lo iba a apoyar, me puse la camiseta con su número, pero antes hice mil sesiones de fotos imaginarias y me entró una llamada; mi hermanito menor, Lorenzo. Rápido contesté la llamada.

—¡Cassie!—una sonrisa se pintó en su rostro al verme.

—Hola, Lolito. ¿Qué tal?—dije, entusiasmada.

Él y Fermín son los únicos dos hombres que pueden arruinar mi vida lo mucho que quieran.

—Bien, ¿ya vas a ver a Fer?—preguntó.

—Si, ya estoy a punto de irme, ¿tú estás en sintonía con el partido?—pregunté.

—¿Eres una bruja o qué?—pregunta, viéndome. Se levantó y me modeló la camiseta del Barça, con el número de Fermín y su nombre.

—No tienes ni la menor idea de cuánto deseo que estés aquí—expresé, sentida. Lo extraño tanto.

—Ya, venga. Deja de chillar, verás que iré a Barcelona y me quedaré a vivir con ustedes—aseguró.

Reí por eso, ojalá y sea realidad, quiero volver a abrazarlo, volver a morderlo y volver a jugar con él.

—¿Con quién estás ahora?—pregunté.

—Con Gustavo y Mariana, mamá y papá están trabajando—contestó.

A pesar de que nunca nos faltó nada, mamá y papá siempre se la pasaban trabajando, Fermín estaba jugando fútbol, y yo estaba jugando voleibol. Lastimosamente mi carrera deportiva no pudo hacerse profesional como la de Fermín, pero espero que la de él siga en ascenso. Pero, Lolo no tiene distracciones como deportes, entonces pasa la mayoría de tiempo en casa. Aparte, son pocas las veces que él viaja con mis padres, entonces siempre está con sus niñeros.

—Vale, ¿ya has cenado?—pregunté.

—Si, hace poco he comido paella—responde.

—Oh, Dios. Qué delicia—expresé.

—Si que lo es—inquiere.—¿Tú ya has comido?—pregunta.

—Eh, si—constesté.

—Venga, dime qué comiste—expresa.

—Proteína—respondí.

—¿Es enserio?—alteró la voz.

—Si, peque. Pero no proteína, de entrenamiento, de medicamentos—negué.

—¿Y entonces de cual proteína has comido, Cassie?—preguntó interesado, mientras su mirada estaba en mí.

—Proteína, unos mariscos—dije, sonriente.

El reflejo de tus ojos || João Félix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora