08. Romeo entra en acción.

221 13 2
                                    

João Félix.

(Horas antes, ese mismo día)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Horas antes, ese mismo día)

Estaba pensando que si estaba bien lo que hice, pero es que el cabezón de Gavi, me metió la idea a la cabeza. Y yo, otro idiota, acepté.

—Cabezón, no sé si es lo correcto. No nos hemos conocido—menciono, a Gavi. El cual está viéndome, mientras toma un jugo de mi refrigerador, pero, yo no le he dado permiso.

—Calla, tío. Ya verás como cae rendida a tus pies—aseguró. 

El problema es que uno no sabe cuando creerle a este mocoso.

—¿Estás seguro de que mandaste el paquete con el nombre de ella?—pregunté, viéndolo.

—Que sí, hombre. ¿Tienes miedo que descubra que tú eres su admirador secreto?—preguntó con una sonrisa pícara.

—No soy su admirador secreto—negué.

—¿Entonces por qué estás tratando de enamorarla?—pregunta mi amigo, curiosamente.

—No le estoy enamorando, Gavi—negué nuevamente.

—Dar regalitos sí es enamorar a alguien. Y darlos en secreto, también es enamorar a alguien. Por eso se le llama "admirador secreto"; alguien que está enamorado, pero no se revela—explicó.

—¿Y tú de dónde sabes eso, tío?—pregunté, viéndolo.

—He visto casos—añade.

—No creo conquistarla, regalándole comics y figuritas de acción de superhéroes que son nada más que ficción—dije, negativamente.

Es que no creo que pueda enamorar a alguien con eso.

—Tú ten fé, tío. Y si los rechaza, o simplemente no les hace caso...—

—¿Tengo tu hombro para llorar?—consulté, mientras lo miraba.

—¿Qué?—dijo, y empezó a reír.

Fue un ataque de risa, no paraba de reír, hasta que yo lo detuve.

—No, no tienes mi hombro para llorar. Hay ayuda psicológica excelentemente capacitada aquí en la ciudad—expresa.

Le pegué en el hombro, él se quejó.

—¡Ay!—exclamó del dolor.

El reflejo de tus ojos || João Félix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora