El reflejo de tus ojos || João Félix.

16. Qué lindos ojos tienes.

Cassandra López.

Hoy, por órdenes de mis padres, Lorenzo regresaba a casa. Yo no lo quería dejar ir, pero, yo no soy su madre. Así que yo no decido.

—¿En serio te tienes que ir?—pregunté a Lolo, yo sí soy sentimental, y sé que me duele.

—No seas infantil, Cassandra. Voy a volver, o tú volverás a casa—dijo, viéndome de reojo.

—Te voy a extrañar, nene—lo abracé, fuertemente.

—Yo igual—respondió, dando leves palmadas en mi hombro.

—Lolo, cuando vuelva de hacer unas cosas, nos vamos, ¿okey?—Fermín bajó las escaleras, y señaló a Lorenzo antes de salir de la casa.

—Está bien—asintió con una sonrisa brillante.

—¿También oíste, Cassandra?—preguntó, señalándome.

—Pero si yo no soy la que se va—expresé.

—No, te lo digo para que ya lo sepas—explicó, ni siquiera dijo adiós, sólo salió de la casa y ya. 

—Yo voy a la habitación—dijo Lorenzo, levantándose del sofá, para después subir las escaleras y desaparecer.

Me quedé sola en la sala de estar, sólo viendo la pared. Nada más.  No me hace nada bien quedarme a solas conmigo misma.

Me llegó un mensaje al celular, así que lo abrí para contestarlo.

João Félix.

¿A qué hora se va Lorenzo?

¿Qué tanto te incube?

No mucho, sólo quiero ir a verlo.
¿Puedo ir al aeropuerto con ustedes?

Si le dices a Fermín, es obvio que te
dirá que sí.

¿Y si mejor te lo digo a ti?

Te diría que le preguntaras a
Fermín.

Entiendo, muy bien, sí, entiendo. 

Me alegro, pensé que no lo habías hecho.

Tienes el mismo sentido del
humor que tu hermano.

Yo no tengo el humor roto.

Okey, f por Fermín.

F de Fermín.

No me digas.

Sí te digo, amigo.

¿Entonces si puedo ir?