Cassandra López, la hermana del futbolista Fermín López, conoce al amigo de su hermano. Experimentan sentimientos desde la primera mirada, él sólo mira el reflejo de sus ojos.
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Cassandra López.
Ya había vuelto al trabajo, pero un estrés y un dolor de cabeza de tanto pensar eran una lucha para mí. Estaba pensando si llamar o no a João ya que quería hablar.
—Ay, ya qué—me dije a mi misma, no tan segura de lo que hacía, o sí era correcto.
Marqué su número de teléfono, ya que la situación me tenía el sistema nervioso alterado.
—¿Hola?—se escuchó su voz.
—¡João, bendito sea Dios que me respondes la llamada!—sentí una mezcla de alivio en el estómago.
—¿Puedo preguntar a qué se debe la llamada? Sí más lo recuerdo, tú rechazas mis llamadas, ¿por qué yo tengo que responder las tuyas?—contraatacó sin motivos.
—Me vale, ¿viste lo que se dice de nosotros?—pregunté con el control de la televisión de mi oficina en la mano.
—Señorita López, yo no soy alguien con tiempo de ver que pasa en el mundo, ¿me podría decir que se dice de nosotros?
—¿En serio te vas a poner así, João?—pregunté rodando los ojos y exagerando la voz.
—Ya sé que se dice de nosotros, Cassandra. No creas todo lo que te digo. De hecho estaba viendo un artículo de unos medios de comunicación, ¿quieres que lo lea?—respondió con una voz que parecía tener seguridad.
—No, no. No necesito que leas na...
—"¿El futbolista portugués João Félix está en una relación amorosa? Ayer se le vio al portugués con una joven rubia en la calle, fueron fotografiados en un restaurante. Muchas personas dicen que se trata de nada más y nada menos que la hermana del futbolista español, Fermín López, osea, Cassandra López"—leyó.
«Su voz y su acento...»
—¡Te dije que no leyeras nada, bobo!—exclamé irritada.
Mientras yo sufría, él solo reía.
—Pues no nos vemos nada mal, eh. Saliste bien—reconoció.
—¡¿Estás mal de la cabeza, acaso? En esas fotos salgo NEFASTA!—me irrité aún más.
—¿Al menos sabes cómo usar correctamente esa palabra?—preguntó.
—¿La sabes usar tú?—dije con tono desafiante.
—Vamos, admita que estávamos indo bem, além disso, sei que você gosta disso—habló, su tono parecía tratar de convencerme.
—¿Sabes algo? Esto es inútil, adiós—me despedí y colgué la llamada.
Miré por la pared de cristal, Barcelona transcurría con normalidad, pero los pensamientos de mi cabeza no. ¿Estoy sobrepensando todo? Sí que lo hago.
