Besos húmedos con sabor a pecado [+18] [PGP2024]

5 | Lujuria.

╰⁠(༼ᕙ Cajita para decir presente ᕗ༽)⁠╯

…⁠ᘛ⁠⁐̤⁠ᕐ⁠ᐷ

5 | Lujuria

"Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo."

~Juan 2:16~

Diez minutos. Han pasado diez minutos en los que Moisés no ha dicho ni una palabra. Se queda acariciando a Gato en silencio y carraspeo para llamar su atención.

—¿Piensas decir algo?

Repiqueteo los dedos contra la mesa y él se queda pensativo.

—Bueno... creo que ponerle Gato a un gato es algo original, pero, ¿no sería raro?

—A quién le importa si es raro o no, a mí me gusta y le queda bien —respondo con superidad y pone sus ojos en blanco.

Volvemos a quedarnos en silencio cuando Gato salta de los brazos de Moisés y se escapa, hasta ahora no nos habíamos dado cuenta del cascabel que colgaba de su cuello pero en este instante lo agradezco porque así podemos escucharlo, mientras corremos detrás de él.

—¿¡Viste por donde fue!? —Me encorvo apoyando las manos en mis rodillas, agitada.

Moy en el mismo estado que yo, niega con la cabeza.

Volvemos a escuchar el tintineo del cascabel y echamos otra carrera buscando al gato, cuando por fin lo vemos, en los brazos de alguien más.

—Mierda.

—Shh, no digas eso —Me reprende Moisés, le saco la lengua y vuelvo la vista a Gato que se encuentra a dos metros de nosotros, siendo cargado por una chica.

—¿Será su dueña? Parece estar feliz de verlo —digo triste esperando que él me responda lo que quiero escuchar pero no es así.

—Sí es su gato, la conozco, sabía que ella tenía una mascota, solo que ignoré el hecho de que fuera un gato —responde apenado—. Lo siento Jojo, sé que querías quedártelo, pero te dije que no era nuestro y que tarde o temprano debíamos devolverlo.

Lo sé, pero no quería que fuera tan temprano, pienso para mí.

—¿Entonces... nos vamos?

Al no recibir una respuesta de su parte enfoco mi atención en él y lo veo mirando diferente a la chica. La mira con anhelo, así como yo miro a Noham.

—¡No puede ser! —exclamo exaltándolo y me pone la mano en la boca.

Al ser imposible salir de su agarre, babeo su mano y la aparta rápidamente como si se hubiera quemado.