14 | Un corazón roto de regalo.

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14 | Un corazón roto de regalo.

Solo salgamos y conquistemos el mundo con nuestras sonrisas porque con nuestra presencia aún no es suficiente.

—Manzana verde, ¿estás en posición? Cambio

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—Manzana verde, ¿estás en posición? Cambio.

—Aquí Manzana verde, veo a las hienas en el lugar, cambio.

—Bien, acerquemosnos sigilosamente, como pequeñas hormigas que no quieren ser aplastadas, Halcón fuera.

Frunzo el ceño.

—Aún me pregunto por qué tú eres Halcón y yo solo soy Manzana verde. —Le pregunto a través del woki toki y desde mi lugar lo veo agarrarse el puente de la nariz con fuerza.

—¿Tenemos que hacer esto ahora? Te dije que no sonaría genial Unicornio negro —dice lanzándome una mirada obvia y yo abro la boca ofendida.

—¡No tiene nada de malo! En fin, mejor salgamos y vayamos a donde ellos.

Lo veo asentir con la cabeza y hacer dos movimientos con sus dedos índice y medio, apuntando a nuestros objetivos. Veo como cambia radicalmente su postura —que antes era una encorvada detrás de unos arbustos—, y ahora camina como modelo de revista en una sesión de fotos. ¿Qué demonios esta haciendo? Me parece que alguien se ha visto muchas películas de acción.

Al llegar a la cafetería Moisés quedó fascinado con la pequeña tienda de al lado donde vendían desde disfraces de personajes hasta objetos de espionaje, algo que lo volvió loco y para hacer esto más creíble prácticamente me obligó a comprar un woki toki, al final no nos fue tan mal.

Suelto una risa pequeña cuando veo que a centímetros de la puerta de la cafetería él empieza a entrar en pánico y se congela a medio milímetro de la manija. Salgo del arbusto en el que estaba escondida y de una forma definitivamente no sigilosa me acerco a él y apoyo una mano sobre su hombro. Da un brinco y me mira mal.

—¿Entonces, Halcón? ¿Entramos?

—Hagámoslo, Manzana verde.

Giro los ojos, acto seguido entramos y los miramos disimuladamente. No sé como aún no han notado nuestra presencia, pero nosotros lo usamos a nuestro favor y vamos hacia una mesa vacía que por suerte esta apartada de ellos pero al mismo tiempo cerca. Moy que esta de espalda a ellos intenta poner su oído y ver si escucha algo de lo que hablan.

—¿Qué dicen? —pregunto agarrando el menú y ocultándome detrás de él.

—No lo sé, no alcanzo a escuchar.

Besos húmedos con sabor a pecado [+18] [PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora