13 | Hagamos que el mundo arda.

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13 | Hagamos que el mundo arda.

No quiero dormir, siempre me encuentro con tus ojos sobre mí y me da miedo, me da miedo porque no puedo controlar mis acciones y lo mucho que te quiero solo para mí.”

Esto es increíble, nunca nadie se ha demorado tanto en el baño como ellas, y todo porque la susodicha se puso a llorar porque cree que su novio le mintió y la engaña

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Esto es increíble, nunca nadie se ha demorado tanto en el baño como ellas, y todo porque la susodicha se puso a llorar porque cree que su novio le mintió y la engaña. ¡Amiga, date cuenta!

Llevo todo el rato pensando en si contarle o no mi plan, o mejor dicho, llevarlo a cabo. Odio que mi mente solo piense en cosas como estas cuando estoy en un aprieto. Miro al pelinegro a mi lado con la cabeza agachada, él no ha preguntado sobre mi idea pero tengo un breve presentimiento de que quiere desaparecer ahora mismo.

—Te prometo que no es tan malo. —Le susurro al oído y él da un pequeño brinco intentando alejarse de mí.

Vale, tampoco tengo pulgas.

—¿De qué trata? —dice suspirando y regulando su tono de voz.

Si supieras.

—Pon tus manos a los lados de mi cadera —explico agarrando sus manos y poniéndolas donde indiqué.

Él me mira alarmado pero no me lo impide.

—Ahora... —Hago una breve pausa—, necesito que acerques mi boca a la tuya y gimas —digo sin tantos rodeos.

Su rostro se vuelve totalmente rojo.

—¡No! —grita en voz baja.

—¡Venga! Es lo único que podemos hacer, si ellas escuchan los gemidos se irán y nosotros también lo haremos —digo frunciendo el ceño.

—¿Por qué siempre tienes que pensar en cosas así?

—Créeme, me pregunto lo mismo —giro los ojos.

Decido no esperar por él y me acerco a unos centímetros considerables de su boca y suelto el primer gemido. Escucho que las chicas de afuera dejan de hablar mientras que Moisés aprieta el agarre de sus manos en mí.

—Te dije que no lo haría —susurra muy cerca de mis labios.

¿No hay aunque sea una ventilación aquí? Hace mucho calor.

—Shh, si no quieres hacerlo esta bien, lo haré yo sola.

Y gimo de nuevo. Cierro los ojos por inercia y de nuevo Moisés aprieta su agarre, casi suelto un grito de sorpresa cuando lo escucho gemir a él también.

Besos húmedos con sabor a pecado [+18] [PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora