02;; Pa-pá

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Habían pasado 8 semanas desde que Leonarda había llegado a la guardería

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Habían pasado 8 semanas desde que Leonarda había llegado a la guardería. Y una que otra cosita había ocurrido también en ese lapso de tiempo.

Lo llamaría roces, pero no sabe si son exactamente eso. Cuando Foolish llegaba por su pequeña, le sonreía levemente, a veces le decía cosas extrañas, algunas veces indignante, no era exactamente un halago que le dijera "Cute ass", ahora le daba vergüenza caminar frente al rubio.

Sentía esos ojos verdes sobre su persona, como si se lo quisiera comer.

Lo hacía, en su mente, pero no lo podía saber.

Al principio ese tipo de coqueteos le molestaba, pero después descubrió algo que hizo su corazón romperse.

La pequeña Leo no tenía mamá, ni beta, ni alfa, nada. Ahora entendía la razón por la cual la pequeña estaba tan acostumbrada a los biberones y no tenía el aroma a Omega en su persona. Normalmente las madres llenaban a los pequeños de sus aromas para que se sintieran seguros, pero Leonarda siempre olía a su papá.

Ese delicioso aroma a agua de mar. Muy embriagador, y puede o no que se haya quedado con un pequeño paño de Leo por tener el aroma de su padre.

Y puede o no ser que lo tenga bajo su almohada para olfatearlo todas las noches, Vegetta le había comprado uno igual a la pequeña así que nunca descubriría nada, incluso cambiaba los paños cuando se le acababa el aroma del rubio, así siempre tendría un paño con mucho aroma.

Cada vez que el de piel canela aparecía, no podía evitar que un sonrojo cubriera su rostro y miraba el suelo lleno de vergüenza.

Sin embargo, algo que le gustaba bastante era lo a pegada que era Leo con él, no le gustaba estar con ningún otro Omega, si alguien que no era él lo cargaba, la pequeña lloraba a mares y no se callaba hasta que estuviera de vuelta en sus brazos.

Aunque, había algo que no lo dejaba tranquilo, ella siempre se pegaba a su pecho, pero no en la forma de acurrucarse, más bien...buscando algo ahí.

Trataba de agarrar con sus manitas sus pechos por encima de su delantal.

Siempre terminaba haciendo algo para que se distrajera de eso, no era que le incomode demasiado, pero ella buscaba algo imposible de encontrar.

Ese día estaban aprendiendo los fonemas y como se escribían, los cachorros más grandes entendían mejor eso, pero la pequeña de ojos verdes apenas si podía balbucear unas palabras incompletas e inentendibles.

—Di papá, pa-pá— estaba sentado junto con los otros pequeños, quienes escribían en hojas los fonemas enseñados.

Leo estaba sentada al frente del pecoso y lo miraba de lado, como si no logrará entender del todo lo que decía.

—¡Pa-dá!- exclamó ella aplaudiendo y riendo alegremente, él solo suspiró.

—Señor Vegetta, mamá se escribe con los dos palitos con loma, ¿Verdad?— el pecoso rió ante la imaginación de la pequeña Tallulah en describir de esa forma la 'm'.

¿Mamá? || FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora