Capítulo 33: Los tres maestros

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El sol de la tarde se filtraba a través de las copas de los árboles, bañando de luz dorada el campo de entrenamiento. Dino estaba de pie en el centro del patio, con los cables de metal girando a su alrededor como serpientes vivas. Vernon, a una distancia prudente, creaba corrientes de aire que desviaban los cables, desafiando al pequeño maestro a mantenerlos estables con su control del metal.

"¡Vamos, Avatar!" gritó Seungkwan desde un costado. "¡Estás perdiendo el ritmo!"

Dino frunció el ceño y enfocó su energía. Los cables se tambalearon por un momento bajo la influencia de las corrientes de Vernon, pero pronto se estabilizaron. "¡Lo tengo!" exclamó con determinación.

Seungkwan sonrió, pero pronto desvió su atención hacia un pensamiento que había rondado su mente. "Oye, ¿no les parece curioso que llevemos varias sesiones entrenando sólo los tres? Es como si los mayores nos estuvieran ocultando algo."

Dino arqueó una ceja. "¿Ocultando qué exactamente?" preguntó, intentando sonar despreocupado, aunque su curiosidad era evidente.

Seungkwan, con su tono despreocupado habitual, dijo: "Bueno, escuché que han estado discutiendo sobre por qué no quieren a la familia real y al Avatar. Incluso hablaron con la embajadora Luan sobre agendar una cita con la reina."

Vernon detuvo las corrientes de aire y lo miró fijo. "¿Cómo sabes todo eso?"

Seungkwan se encogió de hombros, un poco avergonzado. "El príncipe Joshua me lo contó. Además, también estuve espiando un poco."

Dino apretó los puños. "¿Y por qué no me han dicho nada? Soy el Avatar. ¿Desde cuándo mis compañeros deciden que es mejor excluirme?" Su voz comenzó a elevarse, la frustración acumulada era evidente. "No te creo nada". Kwan rodó los ojos ante la actitud del maestro.

Vernon, siempre directo, cruzó los brazos. "Vamos a buscarlos."

Sin dudarlo, los tres se dirigieron al estudio de Wonwoo. Desde el pasillo, podían escuchar las voces al otro lado de las puertas cerradas.

Woozi hablaba en un tono bajo pero decidido, seguido por el pragmatismo de Wonwoo y los comentarios pausados de Minghao. Jeonghan también intervenía, y su tono traicionaba preocupación. Pero fue al escuchar el nombre del Avatar lo que desató la paciencia de Dino.

Sin tocar, empujó las puertas y entró. "¿Qué está pasando aquí?" exigió, su mirada recorriendo a todos en la sala. Los mayores estaban reunidos alrededor de una mesa, con mapas y documentos esparcidos por doquier. La tensión en el ambiente era palpable.

Hoshi fue el primero en intentar calmarlo. "Dino, esto es algo que podemos manejar. Te lo explicaré después con tranquilidad."

Pero el Avatar no se dejó convencer. "¿Qué me tienen que contar con tranquilidad?"

Jeonghan dio un paso adelante, levantando las manos en señal de paz. "Estás bajo mucha presión con tu entrenamiento. No queríamos sumergirte en problemas políticos."

"¿Cómo que problemas políticos? ¿De verdad me están ocultando algo?," replicó Dino, su voz cargada de indignación. "Es más importante conciliar lo que pasa en el mundo que aprender los cuatro elementos."

"Nosotros estamos para lidiar con estas cosas". Intervino Minghao. Wonwoo, Jun y Dk evitaban hacer contacto visual con los menores.

"¿No confían en mí?" La pregunta soltada por el menor sonó más a afirmación que a cuestionamiento.

Woozi, quien había permanecido en silencio hasta ese momento, finalmente intervino. "Todavía no tienes la fuerza que necesitamos para esto. Debes seguir entrenando."

Seventeen: Avatar The AirbenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora