Capítulo 10-Seis meses después...

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Capítulo 10-Seis meses después...

Seis meses después...

Carlos
En este tiempo han pasado muchas cosas: pasé dos meses en Portugal arreglando el reino de mi hermana antes de su boda, luego me vine a Inglaterra para gobernar como regente hasta el regreso de mi padre y mi hermano, hablando de este último él y su prometida Rose se han casado, desde entonces la consideramos como un miembro más de la familia. El día de la celebración María y Fernando vinieron a la boda, pero no pregunté por Claudia no se merece ni mis lagrimas, ni que piense en ella, se acabó. Ahora mismo mi única inquietud es esta:
 
Enlace entre
Fernando, príncipe de España
         y
María, princesa de Portugal

Bueno no es esto lo que me preocupa, sino lo que hay detrás de esta invitación:

Querido hermano,
Me gustaría que el día de mi boda estuvierais allí y cumplierais vuestra promesa de ser mi padrino.
Con cariño de vuestra hermana,
María

-Deberíais ir-me dice Rose-así me acompañáis a mí en el viaje en barco y no voy sola hasta España. Ojalá Arturo me hubiera esperado para partir juntos.
-No pienso marcharme a ninguna parte. Juré no volver a ese lugar y es lo que voy a hacer.
-Eso quiere decir que vais a romper el corazón de vuestra hermana al no hacer caso a vuestro juramento-odio que me lo diga con ese tono para hacerme sentir culpable.
-No me importa que hagáis como si María fuera la víctima de todo esto Rose, no me voy a mover de aquí y punto.
-Está bien, vos sabéis lo que hacéis. Me voy, he de emprender una larga travesía.
Y me deja allí solo, lo siento mucho por mi hermana, es mi otra mitad y haría todo lo que estuviera en mi mano para hacerla feliz, menos esto, volver al sitio el cual me ha provocado tanto sufrimiento, lo dudo mucho. Sin embargo, no paro de releer la nota en todo momento.

Claudia
Estos seis meses han sido una tortura, pensé que Carlos volvería, María me aseguró que sus enfados no solían durar mucho, pero todo este tiempo sin él ha sido como un castigo para mí. Cuando mi hermano y su prometida volvieron de Inglaterra les cuestioné sobre como se encontraba mi amado, dijeron que estaba muy cambiado que ya no era el mismo chico desde que se había ido de España. Aunque tengo otro problema más grave que ese:
-Hija, no podéis hacer esperar más a Lord John, debéis de aceptar su propuesta de matrimonio. Si se marcha jamás os perdonaréis haberle dicho que no-mi padre se ha querido reunir conmigo para conversar sobre mi boda.
-Padre, no estoy segura de querer pasar el resto de mi vida con él. Es muy buena persona y un gran hombre, pero le falta algo-y sigo sabiendo que es- de verdad que he intentado enamorarme de él, pero es imposible.
-Entonces, procurad hacerlo-mi progenitor sigue hablando sin tener en cuenta mi opinión-El padre de John vendrá al enlace de vuestro hermano y más os vale que para entonces la propuesta de matrimonio ya se haya realizado.
-Mi señor...-mi madre trata de intervenir.
-O os casáis con Lord John o os juro que os meto en un convento del que no saldréis nunca. Este asunto acaba de quedar zanjado-y así termina la plática.
Me apresuro a buscar a mi "prometido" necesito pedirle consejo sobre que vamos a hacer cuando vengan sus parientes a palacio. No me hace falta pensar mucho donde encontrarlo, después de tanto tiempo juntos sé que estará en el jardín y he acertado está mirando las últimas flores que ha plantado el jardinero.
-John, esperaba veros. Debemos dialogar sobre algo que me acaba de comentar mi padre, veréis...
En ese instante él empieza a hablar:
-Si es sobre que debemos prometernos antes de la unión matrimonial de vuestro hermano y si es posible casarnos antes que él, creedme ya estoy al corriente. Mi progenitora me ha informado por carta sobre los planes de nuestros padres.
En todo ese rato no paramos de idear un plan para alargar el momento de comprometernos, negarnos ya no podemos porque nos acarrearía consecuencias horribles a ambos. Pero había algo que no se nos había ocurrido.
-Claudia, ya lo tengo no tiene que ser nuestra culpa, sino la de otros-le miro con cara de confusión-cuando llegué el momento de reunirnos nosotros dos con nuestros casamenteros les diremos que estamos esperando a que todo el mundo deje de hablar de vuestro hermano y vuestra futura cuñada antes de anunciar lo nuestro, para no quitarles protagonismo. Así podremos atrasarlo tanto como queramos.
-Es brillante.
Sin pensarlo le abrazo, pero este acercamiento provoca que al separarnos nuestros labios casi se rocen. Me alejo lo más rápido posible, no voy a cometer el mismo error dos veces. Al mirarle veo que sus ojos reflejan decepción.
-Lo lamento, pero no puedo haceros creer que siento algo por vos cuando no es real.
-No os preocupéis.
Se marcha de allí dejándome sola, no quería hacerle estar triste después del momento de felicidad que había experimentado. La verdad es que mi cuerpo no tiembla ni siente escalofríos, eso únicamente me lo ha provocado Carlos y sé que solo él me lo puede producir.

Carlos
¿Qué hago? Si me quedo sé que María no me lo perdonará jamás, pero si me voy me arriesgo a reencontrarme con Claudia y recordar todo lo vivido con ella, sobretodo el momento en el cual desconfío de mí y dejó mi corazón hecho pedazos. ¿Qué debo hacer quedarme o marcharme?

Una semana después...

Claudia
Estoy ayudando a María a ponerse su vestido de novia mientras Rose se encarga de hacerle los últimos arreglos en su cabello. Se la ve muy hermosa, pero también muy nerviosa, es normal hoy comienza su nueva vida junto a mi hermano.
-¿Y si en el último momento Fernando se lo piensa mejor y no aparece en la iglesia?-no para de hacernos preguntas como estas, es decir, está pensado en situaciones de lo más extrañas-¿O si cae una tempestad la catedral se inunda y no podemos casarnos?
-María, haced el favor de tranquilizaros. Fernando no se va a ir a ninguna parte, Arturo y vuestro padre se están encargando de ello y creedme no va a llover, el día ha amanecido con un sol resplandeciente-le dice Rose tratando de calmarla.
-Rose tiene razón María, mi hermano os escogió a vos y os pidió matrimonio delante de todo el mundo, ha demostrado cuánto os quiere y que no puede vivir sin vos-añado yo.
-Tenéis razón, estoy perdiendo la cabeza con este tema. Pero no sé, hay algo que hace que me replantee si hoy debería casarme, es como si faltara o necesitara alguna cosa.
No sé que más puede pedir. Tiene el vestido más precioso del mundo, el peinado perfecto, el ramo con las flores más bellas del jardín, tiene a su familia aquí ayudándola y apoyándola en todo momento y a mi hermano que la estará esperando en el altar para unirse a ella en matrimonio. En ese instante parece que reacciona sobre lo que quiere:
-No me puedo casar-Rose y yo la miramos confusas-No puedo hacerlo si no está Carlos aquí, si él no aparece no me caso.
Ahora no sé qué vamos a hacer para solucionar este problema

Continuará...

La chica TudorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora