Capítulo 14-La sucesión está decidida

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Capítulo 14-La sucesión está decidida

Dos días después...

Carlos
No paro de pensar en Arturo. No puedo creer que haya muerto. Era más que mi hermano, era mi mejor amigo, mi compañero, mi confidente. Ha estado a mi lado desde que tengo memoria.

Hace 20 años...
Mis padres siempre nos han contado a mis hermanos y a mí como fue el día de nuestro nacimiento. El mío fue totalmente inesperado, llegué antes de tiempo, mi progenitor había salido de caza y mi madre rompió aguas. Hasta que llegó la partera estuvo sola con un niño de dos años que la ayudó en todo momento, mi hermano Arturo, aunque claro él tampoco lo recordaba. No se alejó de ella hasta que yo vine al mundo. Nos decían que desde el primero momento parecía como si nos conociéramos de toda la vida.
-Arturo, este es vuestro hermano pequeño le hemos llamado Carlos. ¿Queréis saludarlo?-le dijo mi padre, que en ese momento ya había regresado.
Nada más mi hermano se acercó a mí, hice algo que ningún bebé suele hacer en sus primeros minutos de vida.
-Mirad Jorge, le está sonriendo-le dijo mi madre, luego se dirigió a mi hermano-Hijo, esto quiere decir que sabe quien sois y que os quiere mucho.
En ese instante nuestra unión se hizo inquebrantable.

Hace 18 años...
Dos años después recibimos a nuestra hermana María. Yo no lo recuerdo, pero Arturo sí. Siempre nos contaba que nos acercamos a su cuna, quisimos cogerle de la mano para saludarla y nos agarró el meñique tan fuerte a cada una que ya supimos que en un futuro sería una mujer difícil de dominar. Así fue como nació nuestro trío de oro.

Hace 15 años...
Desde pequeños tuvimos claro que nuestro futuro ya estaba escrito. Íbamos a ser herederos de reinos poderosos y fuertes, pero jamás pensé que yo sería el plan B en la sucesión.
-Hijos, creo que ha llegado el momento de que vuestra madre y yo os digamos que hemos decidido para el futuro de cada uno-primero se dirigió a María-Vos mi pequeña niña vais a heredar el reino de Portugal, que como está estipulado en la ley a este trono sólo pueden acceder mujeres y cuando llegue el momento seréis reina como vuestra madre.
Mi hermana nos sonrió con superioridad como diciéndonos que lo suyo era mucho mejor que lo nuestro.
-En cuanto a vosotros dos-arribó nuestro turno-Arturo, como mi primogénito, acabaréis siendo rey de Inglaterra. En caso de que fallezcáis sin descendencia, la corona pasará a vos, Carlos.
Me quedé sorprendido, eso quería decir que podría vivir mi vida sin ninguna obligación. Sé que solo tenia 5 años, pero hasta aquel día había pensado que tendría que estudiar duro para llegar a ser alguien en el mundo. La realidad es que era libre.

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Nunca escuchábamos discutir a nuestros progenitores, si lo hacían tenía que ser por algo muy grave.
-Siempre va primero Arturo. Carlos no os importa nada-le gritaba mi madre a mi padre-Que os costaba darle aunque fuera un ducado de Inglaterra. Y no solo eso ahora pretendes llevarte a mi hijo mayor con vos a vuestro reino.
-Solo decís eso porque nuestro hijo pequeño es vuestro preferido-le contestaba mi padre-Además, vos tenéis a María que va a seguir vuestros pasos.
Seguían chillándose mientras Arturo y yo los oíamos a escondidas.
-No os preocupéis al final siempre se arreglan-me decía mi hermano para que no estuviera triste- El día que yo ascienda el trono os prometo que no haré caso a lo que padre nos ha dejado. Os cederé una parte de Inglaterra para que reinéis. Ambos seremos reyes de nuestro propio destino.

Hace 13 años...
Mi madre enfermó de repente, ninguno esperábamos que le fuera a pasar. En el tiempo que estuvimos María y yo solos con ella, la cogí de la mano y prometí no soltársela hasta que llegaran mi padre y mi hermano. Cuando arribaron mi progenitor nos animó para que diéramos un paseo por el jardín. Al cabo de un rato de estar allí preocupado por mi madre, Arturo se me acercó.
-Lo siento Carlos, se ha ido-no podía evitar estar triste, era una de las personas que más quería en el mundo-Pero no os sintáis mal porque lo último que le he prometido es que os voy a cuidar a vos y a María para que no os ocurra nada.
En ese momento no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa. Desde entonces fuera donde fuera, en Inglaterra, en Portugal o en cualquier parte del mundo, siempre estaríamos juntos.

También recuerdo a Rose. Ella pasó de ser una simple conocida a un miembro más de nuestra familia, una hermana.

Hace 2 años en Dinamarca...
En realidad que Rose y Arturo se conocieran fue una causalidad. Porque en realidad quien tenían que encontrarse y enamorarse éramos su hermana y yo, tal y como había planeado su padre.
-Les presento a mis hijas Rose y Catalina, princesas de Dinamarca-nos dijo su padre al llegar a su país-Espero que os llevéis muy bien.

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-No creo que vaya a funcionar-le dije a mi hermano por la noche en nuestros aposentos.
-Catalina es muy guapa. ¿No os gusta? Tenéis los mismos gustos y aficiones. Está hecha para vos-me decía mi hermano como si me intentara convencer- Ya oíste al rey nos tenemos que llevar bien, vos con ella y yo con Rose.
-Lo sabía, no lo hacéis por mi, lo hacéis por vos. Amáis a esa mujer-le repliqué yo.
-El problema es que ya lo hemos hablado y su progenitor la ha amenazado con quitarle el título y el derecho de volver a Dinamarca si no se aleja de mí-me miró con tristeza-Es un amor imposible.
-Ya se nos ocurrirá algo.
Mi hermano y yo ideamos un plan para que fueran Rose y él los que se casaran en secreto. Pero finalmente el rey de Dinamarca se enteró, su hermana y él le dieron la espalda. Además, la expulsaron del reino. Lo único que le hizo sonreír fue lo que le dije:
-Tranquila Rose, ahora tienes unos nuevos hermanos, un nuevo padre, un marido. Tienes una nueva familia. Nosotros.

Hasta el último recuerdo de ellos verlos marchar por ese camino sin retorno.

Claudia
No veo a Carlos desde el día en que su padre le dio la triste noticia, no me puedo creer que ellos ya no estén, se les veía tan felices, eran la pareja ideal. Voy derecha a sus aposentos porque he de informarle sobre algo.
-Carlos, ¿Puedo entrar? Necesito deciros algo-espero que quiera hablar.
-Podéis pasar-me contesta, pero en su voz noto la tristeza.
Cuando accedo a su habitación le veo sentado en el suelo llorando.
-Solo quería comentaros que María y Fernando han vuelto. Vuestro padre quiere veros a vos y a vuestra hermana. ¿Estáis bien?-me niega con la cabeza.
-¿Me podéis dar un abrazo, por favor?-me suplica.
Yo le hago un asentimiento con la cabeza y me acerco a él. Justo cuando nos separamos tenemos las caras tan cerca que no lo podemos evitar y nos besamos.
-Claudia, yo...
-Ahora os debéis marchar, ya hablaremos después sobre esto.

Carlos
Nada más llegar a la sala me encuentro con María y le doy un abrazo los dos no podemos evitar llorar. Pero mi padre rompe el momento hablándonos:
-Necesito que hablemos, he hecho llamar al secretario real-sigue hablando-Lo que ha pasado con Arturo ha sido algo que me ha hecho recapacitar, tenemos que dejar las cosas bien atadas. Por eso hija, ahora que ya estáis casada no tiene ningún sentido que yo siga como regente de Portugal, ya sois reina-Ella no se lo cree, ha llegado este momento-En cuanto a vos, Carlos, os he nombrado mi sucesor de todo el reino. Lo habéis conseguido, en un futuro seréis rey.
No me había dado cuenta que sin Arturo todo el poder recaería sobre mí. Se acabó la libertad. En un tiempo me convertiré en rey de Inglaterra.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Aug 27 ⏰

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