One Shots (+18) Jujutsu Kaisen (TERMINADO)

Sibarita (Satoru Gojō)

Los personajes son adultos.

🔞Contenido adulto y lenguaje vulgar.

El placer de cocinar y ver como los clientes disfrutan con tus recetas, es algo a lo que ya estás acostumbrada. Desde bien pequeña ya ayudabas en el pequeño restaurante que tenían tus padres, de ahí a la gran vocación que nació en ti. Desde deliciosos guisos hasta sofisticados platos de diseño, por no hablar de los postres, sin duda es lo que mejor se te da.

Tus padres, ya jubilados, te han dejado en herencia el prestigioso negocio, el cual va viento en popa en tus manos, una chica común y corriente, para nada arrogante, pero jamás imaginaste toparte con un cliente con unos gustos un tanto peculiares...

🍡🍭

Es sábado por la noche, ha sido un día ajetreado y el cansancio se hace notable en tu cuerpo. Son pocos los clientes que quedan en la sala, por lo que le ordenas a tus empleados que se marchen a casa, ya es tarde y tú te encargarás de recoger el resto de las mesas. De pronto, suena la campanilla de la puerta, anunciando de este modo que un nuevo cliente ha entrado en el establecimiento, por lo que enseguida asomas la cabeza y te quedas estupefacta al ver el muchacho tan distinguido que ha decidido cenar en tu local. La cocina ya está cerrada, sin embargo, quieres ser amable y te acercas a la mesa para preguntarle al atractivo sujeto qué se le ofrece.

🍡🍭

—Buenas noches, caballero. ¿Qué le apetecería cenar?.

El susodicho te ojea con premeditado descaro con su imponente par de zafiros, recreándose en cada rincón de tu pequeño cuerpo sin reparo alguno, algo que te pone nerviosa y cachonda a la vez.

—Sorpréndeme... tu restaurante goza de buena fama, y como es mi primera vez aquí, espero que me deleites con uno de tus más exquisitos manjares —contesta soberbio.

Le recomiendas los mejores platos de la carta, pero al señor Satoru no parece convencerle ninguno.

—Soy muy exquisito con la comida, es difícil satisfacer mi exigente paladar, sin embargo, estaría encantado que me enseñaras tu secreto. ¿Podría pasar a la cocina...? —te sorprendes ante su petición, pero aceptas.

—No acostumbro a dejar pasar a mis clientes al interior, pero, tampoco queda nadie en la sala, así que... ¿por qué no? —Satoru sonríe satisfecho y te acompaña hasta el lugar.

🍭🍡

Te dispones a prepararle Sashimi de salmón con salsa wasabi, tu especialidad, pues estás convencida que será del agrado de tu exigente cliente, por lo que mientras lo elaboras, él albino toma asiento en una silla y observa con meticulosidad todos tus movimientos, y no solo los pasos para realizar el exquisito plato, sino que se detiene en otro tipo de detalles. La delicadeza en tus manos al cortar el salmón... los contoneos de tu trasero al coger los ingredientes del frigorífico, miles de cosas que querría hacerte pasan por su cabeza a una velocidas vertiginosa.

—Aquí lo tiene, señor, espero que sea de su agrado.

—Gracias —responde el aludido antes de empezar a degustarlo con parsimonia.

—¿Es de su agrado? —preguntas inocentemente.

—Por supuesto, el mejor Sashimi que jamás haya probado, aunque... lo que realmente ansío probar son tus postres, circulan rumores de que son los mejores en toda la ciudad —te sonrojas y agradeces su cumplido.

—Bueno... hago lo que puedo, mis padres han sido unos buenos maestros, yo solo sigo con la tradición.

—Vamos... no seas tan modesta, tan solo sorpréndeme —rebate Gojō a la vez que se levanta de la mesa.