One Shots (+18) Jujutsu Kaisen (TERMINADO)

Hematofilia (Choso)

PERSONAJES ADULTOS.

Advertencias de contenido; fetiche, filia consentida por ambos personajes, lenguaje vulgar y explícito.

Antes de leer este shot, avisar que se trata de una parafilia relacionada con la obtención del placer a través de la sangre, hematofilia. Si alguien puede sentirse incómodo, puede abstenerse de leer. Gracias

Estos fetiches existen y son consensuados de mutuo acuerdo por quienes los practican, solo quiero dejarlo en claro, así cómo recordar que esto solo es un fic.

_-_-_-_-_

🔞Contenido adulto y explícito

Cuando empezaste a salir con él, ya sabías que no era un chico como los demás. Esa apariencia gótica, pálida y su poca interacción con los otros fue lo que te impulsaron a un acercamiento con Choso, él era distinto, y como suele suceder, nos atrae lo desconocido.

*

Choso es introvertido, tímido... siempre tienes que andar sacándole las palabras, es como si no terminaras de conocerlo del todo, siempre intentas que te de un abrazo, robarle un beso, y al final lo consigues, pero después de que se de por vencido, a veces te da la sensación que tú das más que él en vuestra relación, pero te equivocas, él te ama, te ama con locura, pero de un modo distinto, un modo peculiar que no puedes llegar a imaginar...

***

—Choso... quiero que sea hoy, quiero entregarme a ti —le pides emocionada mientras te agarras de su brazo camino a su casa.

—¿Estás segura...? —pregunta escéptico y con un deje burlón en su voz.

—Sí, quiero ser tuya por completo, ya llevamos saliendo varios meses y no puedo esperar más —Choso te rodea por la cintura y huele la fragancia de tus cabellos.

*

Llegas a su casa, es la primera vez que te lleva aquí a pesar de llevar un tiempo saliendo con él, jamás te habla de su pasado, solo sabes que vive solo porque perdió a sus padres. A priori, todo está ordenado, pero la casa es fría y no hay mucha luz, no te importa, tú solo quieres llegar a la habitación y entregarte a él.

La estancia es acogedora, pero no reparas en detalles, te sientas en el borde de la cama y te abres sutilmente de piernas para insinuarte. Choso te mira entre curioso y divertido, sin embargo, no te ataca, otro en su lugar se habría lanzado contra ti y te habría empotrado de forma salvaje, pero él es distinto, a él le van otro tipo de cosas, otro tipo de juegos...

—¿Qué ocurre? ¿No quieres hacerlo conmigo, Choso...? —preguntas fingiendo un puchero, bajándote de la cama y gateando hasta llegar a su altura.

—Ven aquí... —susurra mientras se agacha y espera a que llegues frente a él.

Te muerdes el labio esperando a que se lance a tu boca, pues él ha dejado de mirarte a los ojos para no perder detalle del mordisco que tú misma te estás propinando en este instante.

—¡Muerde más fuerte!  —exclama Choso, por un instante te detienes hasta que asimilas que quiere ver sangre.

Tus dientes se clavan con más fuerza en tus carnosos labios y un hilillo rojo empieza a brotar resbalando por tu barbilla. Las pupilas de Choso se dilatan y sin pensarlo se acerca a ti para lamer el chorretón que emana de tu herida. Por un instante tiemblas, pero a la vez, es algo tan erótico que no puedes evitar jadear enérgicamente.

—C... Choso... —susurras medio en trance antes de que él vuelva a morder tu herida y sorba la sangre con inexorable ahínco.

—Shh... no digas nada. Me tienes a cien, nena... —jadea cuando ha terminado de saciarse igual que un vampiro.