Gigoló (Satoru Gojō)

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🔞Contenido adulto y explícito, lenguaje vulgar.

Tus amigas te han dejado a tu suerte después de cruzar la puerta de aquel club. Un regalo de cumpleaños te espera, un regalo que ni por asomo puedes llegar a imaginar. Tu respiración se acelera mientras tomas asiento en un sofá de cuero negro, totalmente ajena a lo que está por ocurrir.

~•~•~•

De pronto, unos focos se encienden a la par que suena música un tanto sensual, pero tú no la oyes, todos tus sentidos están puestos en el chico fibrado de cabello albino y azulada mirada que acaba de aparecer en escena, el cual solo viste un pantalón de cuero negro y lleva un látigo en la mano. ¡Santo cielo!, piensas mientras la saliva pasa con dificultad por tu garganta.

De repente, el susodicho, que viéndolo más de cerca parece un dios caído del mismísimo olimpo, ejecuta un golpe seco y contundente contra el suelo con el látigo, y tal es el brinco que tu cuerpo experimenta, que el culpable no puede evitar soltar una carcajada cargada de satisfacción y malicia, es entonces, cuando de pronto se pone serio y clava sus zafiros en tu desconcertado semblante.

Te cuesta respirar, no sabes qué tiene este chico pero no puedes apartar tu vista de él, tanto es así, que no te percatas que sigilosamente  va acercándose  a ti como una pantera al acecho, y no es hasta que su pecaminoso torso se encuentra frente a ti, que no logras reaccionar.

*

—E... esto es un error, yo... yo no debería estar aquí  —balbuceas mientras haces ademán de levantarte.

El albino de sonrisa pícara te ignora por completo y se acerca todavía más a ti, consiguiendo de este modo llevarte al límite y poniéndote realmente entre las cuerdas.

—Soy Satoru. ¿Quieres tocarme, pequeña...? —susurra roncamente. Con solo esa pregunta consigue que tu coño se empape.

El muy ladino contonea sus caderas sensualmente, casi rozándote sutilmente con la bragueta de su apretado pantalón.

—Yo... yo no... —en realidad mueres por ponerle las manos encima, pero sientes que no puedes ni debes.

—¿Una chica tímida, uhm...?, me encantan las chicas tímidas, ¿sabes por qué...?  —te susurra sin dejar de bailar sobre tus piernas.

No puedes hablar, solo mover la cabeza en señal de negación, te tiene totalmente fuera de juego.

—¿No sabes qué responder, preciosa?, no te preocupes, yo lo haré por ti, en realidad sé que mueres por tocarme, lo veo en tu mirada, esa lujuria desenfrenada y reprimida encerrada en ti, pero déjame decirte que yo complaceré todos tus deseos, estás en el infierno y yo adoro ver todo arder—se mofa. —Dime, ¿has oído hablar de Lucifer...?, pues lo tienes delante, quiero verte quemándote en mis llamas, nena... —tras esas palabras y el sofocón que te embriaga, todo da vueltas a tu alrededor.

Tu respiración es errática y presientes que en breve va a darme un chungo, pero enseguida logras recomponerme al escuchar un segundo latigazo impactar contra el suelo, y es al levantar la vista, que ves como el albino te indica que te acerques a él, lo hace con una sonrisa juguetona y moviendo su dedo índice de forma retadora.

***

Con las piernas hechas gelatina y las bragas completamente empapadas, te levantas con la cara roja y a punto de explotar, y es cuando te tiene a tiro, que el muy descarado te coge por la cintura incitándote a echar la espalda hacia atrás, a lo "Dirty dancing" pero sin romanticismo, más bien se trata de un movimiento cargado de puro erotismo. Su rodilla se cuela entre tus piernas con desmedido descaro y con ella roza sutilmente tu necesitado coño. Sientes que quieres y no quieres apartarte de él, por un lado despierta en ti sensaciones hasta ahora desconocidas, pero por otro lado, es tan embarazoso...

One Shots (+18) Jujutsu Kaisen (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora