Voyerista (Nanami Kento)

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Los personajes son adultos.

🔞Contenido adulto y lenguaje vulgar

Decidiste mudarte a la capital porque estabas aburrida de vivir en un pequeño pueblo, por lo que enseguida contactaste con el señor Kento a través de una conocida inmobiliaria. Nanami era dueño de una prestigiosa empresa en el centro de Tokyo y tenía varias viviendas de su propiedad, las cuales alquilaba a estudiantes o a parejas que visitaban la capital japonesa. Era un hombre responsable, ordenado y rigurosamente meticuloso en su trabajo, claro que... eso era lo que aparentaba.

*

Cuando escuchaste la voz del susodicho a través del teléfono, un escalofrío te recorrió de pies a cabeza, un tono bajo, sensual y ronco te dejaron casi hipnotizada, pero no quisiste parecer tonta y aceptaste la propuesta de alojamiento que te ofreció Nanami, un pequeño apartamento a las afueras. Quedaste con él para la entrega de llaves en la dirección acordada, y nada más verlo, tus bragas se mojaron casi al instante. Aquel hombre tenía un porte elegante, su aroma varonil te dejó atontada y apenas te diste cuenta que te tendió la mano para estrechártela.

—Es un placer, señorita. Aquí tiene las llaves, cualquier incidente no dude en llamarme, vivo muy cerca de aquí —recogiste el manojo y el roce de vuestras manos ocasionó un chispazo entre ambos.

Al entrar en el apartamento, pudiste darte cuenta que la definición de perfección existía, todo estaba muy ordenado, recogido y pulcramente limpio. No tardaste en sacar la ropa de tu equipaje y colocarla en los armarios, pero tardaste más de lo esperado y se hizo tarde, casi llegó la hora de la cena, pero antes fuiste al baño para tomar una relejante y merecida ducha.
Minutos después y envuelta en una toalla, llegaste a tu habitación y encendiste la luz sin prestar mucha atención a que la ventana no tuviera cortinas, totalmente ajena a que ojos indiscretos podrían verte y deleitarse con tu desnudez.

*

Al señor Kento le gustaba tomar un poco el aire antes de acostarse, le ayudaba a liberar el estrés de todo el día y a conciliar el sueño. Se desanudó su corbata favorita, se sirvió un whisky y se encendió un cigarrillo y salió a la terraza, sin embargo, esa noche no sería como las otras, pues ni por asomo imaginaba encontrarse la tentadora y pecaminosa escena que ibas a ofrecerle frente a sus ojos, pues desde su ubicación, podía ver tu habitación a muy poca distancia, sí, y justo en el mismo instante en el que te hallabas completamente desnuda.

La luz iluminaba tu habitación, y a pesar de la distancia, era suficiente para que el señor Nanami admirara tu cuerpo en todo su esplendor. Se ajustó las gafas y dio una profunda calada a su cigarro, él era consciente que eso no estaba bien, que no era lo correcto, él era un hombre responsable y serio, así que reflexionó y se dispuso a dar media vuelta, pero desistió al verte tumbarte sobre la cama y encender una pequeña lamparita que ni él mismo recordaba haber comprado para aquel apartamento, una que todavía le daba mejor vidión de la situación.

—Joder... —susurró para sí mismo al ver lo buena que estabas.

De pronto, a ti te dio por tocarte imaginando al señor Nanami, pues sin saber muy bien porqué, el rubio vino a tu mente y volviste a mojarte. Recorriste tu cuerpo suavemente deteniéndote en tus pechos, luego en tus muslos hasta llegar a tu empapado coño, empezando a jadear a medida que la masturbación se hizo más intensa. Al señor Nanami cada vez le apretaban más los bóxer dentro de su jodido y estrecho pantalón, estaba  disfrutando de lo lindo con el espectáculo que le estabas ofreciendo, algo morboso que en su monótona vida jamád habría imaginado que ocurriría.

Desesperado, se bajó los pantalones y los bóxer y esa enorme polla ya estaba más que dura, por lo que decidió masturbarse, pues pensó que era poco probable que tú pudieras verle, estabas demasiado enfrascada manoseándote y gimiendo, pues tu dulce vocecita llegó a sus oídos muy debilmente.

One Shots (+18) Jujutsu Kaisen (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora