Rosas y Chantilly

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Itadori y Sukuna (ambos adultos)

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🔞Contenido adulto, explícito y lenguaje vulgar

Itadori es como un niño pequeño, es lo que más te atrajo de él cuando deciste empezar una relación. Siempre te colma de regalos y es muy mimoso, incluso a veces demasiado, eso te gusta, sí, pero siempre tienes que ser tú la que toma la iniciativa cuando quieres llegar a más. Por ello y buscando un poco más de diversión, decidiste también empezar una relación clandestina con su gemelo, Sukuna, los cuales son iguales en apariencia pero muy distintos en personalidad. Uno es el sol y el otro la luna, el yin y el yang, como el agua y el aceite, y en la cama, pues... uno es un manso corderito y el otro es un lobo feroz por el cual te dejas dominar sin remisión.

*

—Te he preparado una sorpresa —Itadori está emocionado mientras te coge de la mano en dirección a su casa.

A veces te sientes mal por engañarlo de ese modo, pero ambos hermanos te gustan, solo es cuestión de decirle la verdad a Itadori, pero no precisamente hoy que tiene reservada una sorpresa para ti. Entras en su casa, la cual ya conoces bien y en la que has fornicado con ambos en la misma habitación, eso sí, en distinta cama. El suelo está lleno de pétalos rojos que conducen a su habitación, Itadori te tapa los ojos antes de entrar en ella y luego te los destapa para que veas un enorme ramo de rosas rojas adornando la mesa que hay a mano derecha. Sonríes y te acercas a ellas para olerlas, luego lo besas y le agradeces con un sutil baile de lenguas, solo un toque para que Itadori no se estrese.

—¿Te gustan, cariño? —te pregunta ilusionado.

—Mucho, eres un sol. Déjame agradecértelo... —le susurras mientras entrelazas tus manos detrás de su nuca.

—S... Sukuna no tardará en regresar, será mejor que... —sonríes y de un ligero empujón lo tumbas sobre el colchón.

No lo dejas ni hablar porque sabes que si no se echará para atrás. Lo besas acallando sus quejas y lo desnudas lentamente, recreándote en acariciar sus pectorales y lentamente trazas un camino con tu lengua hasta su ombligo. Itadori jadea y oculta su rostro con su antebrazo al sentir su palpitante erección latiendo por ti, de nuevo sonríes perversa y le desabrochas los pantalones y deslizas un poco sus bóxer, para enseguida coger su polla entre tus manos y acariciarla con mimo y dedicación.

*

—Ugh... joder... —jadea al sentir los lametazos que tu lengua le propina por toda su extensión y sus hinchadas bolas.

—Quiero que te corras en mi boca... —le pides jadeante cuando dejas de mamársela por unos instantes.

—Pero... cariño, ya sabes que... —se opone a tu propuesta.

—¡Calla y haz lo que te pido!, a mí me encanta el sabor de tu esencia... —al final se da por vencido y termina estallando en tu boca.

Lo tragas todo sin oposición y te regodeas por ello, luego te colocas a horcajadas sobre él, corres la tela de tus bragas y te autopenetras sin descanso. Itadori acopla su pelvis a tus caderas tan rápido como le exiges en cada brinco, hasta que ambos llegáis a la cúspide, y exhaustos, os abrazais hasta quedar dormidos.

***

—Despierta, pequeña zorra... —parpadeas lentamente y ahí está Sukuna, acariciando tu muslo interno con la intención de llegar a tu empapado coño.

—¿D... dónde está Itadori...? hace tan solo un momento que él estaba... —enmudeces al notar como dos de sus dedos te penetran con fuerza.

—¿Ahora te preocupas por él...?. Se ha marchado a trabajar, llevas un buen rato durmiendo, seguro que has quedado exhausta tras vuestra follada. ¿No es así, uhm...? —el demencial vaivén de sus dedos te obliga a jadear cada vez más fuerte.

One Shots (+18) Jujutsu Kaisen (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora