Wildest Dreams [Omegaverse KookV]

XIX

Contrario a lo que pensaba Jungkook, no tuvo noticias de Haneul o su hermano durante el día y eso lo hizo sentirse completamente tranquilo. Ni siquiera quería pensar en ellos porque no quería que arruinaran su tarde, Jimin y Yoongi seguían ocupados y estaba bien, al menos alguien podía estar con la persona que amaba en ese palacio.

A la hora de la merienda, Jungkook bajó con Hyungsik para pedirle algunas tartas, el omega pensó que Jungkook iría a comer a su estudio, pero lo cierto es que las guardaría por si a Taehyung y a Kiwi les daba hambre mientras leían.

El alfa subió a la biblioteca, dejó las tartas en la mesita de centro y volvió a su habitación en busca de mantas y cojines para que Taehyung estuviera cómodo. Incluso encendió un par de velas aromáticas, quería que la tarde fuera perfecta para que el omega supiera qué tipo de cosas tendría ahora que sería el futuro Señor Jeon y mientras esperaba a su omega y su cachorro, el pelinegro buscaba algún libro que pudiera resultarles interesante.

Taehyung salió algunos minutos más tarde de lo que pensó de su habitación para encontrarse con Seojoon en el pasillo, asumía que Jungkook ya le había pedido que lo acompañara así que únicamente le informó que iría a la biblioteca y este asintió dándole paso para caminar atrás de él. Esta vez parecía mucho más serio que otros días así que el omega no quiso molestarlo, quizás algo le había pasado y en realidad a él no le incumbia.

Al llegar a la biblioteca Seojoon se quedó fuera de esta y Taehyung entró sin prestar mucha atención al interior hasta que el sonido de los libros lo sobresaltó. -Jungkook, lamento llegar tarde.

Jungkook dejó los libros sobre el estante y se giró para ver al omega con una sonrisa. -Llegas justo a tiempo. -dijo acercándose a él para darle un besito en los labios a modo de saludo. -Ponte cómodo, Hyungsik envió unas tartas para que meriendes. -El alfa señaló el lugar acogedor que había preparado para Taehyung. -¿Te gusta? -preguntó sonriendo, emocionado por la reacción del rubio.

-¡Claro que sí!- exclamó con emoción y no sé detuvo antes de caminar hacia el lugar que había preparado Jungkook, olía tanto al alfa que cuando tomó asiento se restregó un poco y sonrió feliz. -Me encanta.

La sonrisa de Jungkook se hizo aún más grande y no perdió un momento más antes de ir a sentarse al lado del omega para rodearlo con un brazo y que se acurrucara en él. -Tengo que confesarte que tuve que mantenerme ocupado buscando libros y acomodando aquí para no comerme las tartas antes de que llegaras. -dijo escondiendo su rostro entre el hombro y el cuello de Taehyung. -Kiwi nos hará aumentar de talla a los dos, por favor, que se le antojen las verduras pronto. -Pidió con una risita y acarició el vientre del omega, apenas comenzaba a abultarse un poco y eso lo hizo sonreír más. No podía esperar a verlo crecer y a que sus movimientos pudieran sentirse dentro de la pancita de su mamá. -Algo me dice que este cachorro será un heredero mimado. -declaró tomando una de las tartas para compartirla con el rubio.

Taehyung sonrió al alfa y tomó una mordida de la tarta, estaba deliciosa. -Y aún faltan muchos meses, no sé qué va a ser de nosotros.- dijo con cierto tono dramático recargando su rostro en el hombro del alfa. -¿Cómo crees que sea? Últimamente me lo he preguntado.

Jungkook lo pensó unos segundos y sonrió con un suspiro. -Creo que será un bebé precioso. Me encantaría que se pareciera a ti, que tenga tu cara arrogante y tu carácter horrible para poder decirle que lo sacó de su madre. -Declaró con seguridad y luego se soltó a reír. - Yo no fui un cachorro tranquilo, siempre estaba metido en problemas o trepando árboles ¿Tú lo fuiste? -preguntó para seguir imaginando.

Taehyung soltó una risita. -Me gustaba jugar, como a cualquier niño, pero también me gustaba la escuela. Yo crecí en la biblioteca del palacio del norte.- admitió. -Mis hermanos son más grandes así que casi no pensaban en pasar tiempo con un niño, me hice muy amigo de la omega que me daba clases y jugaba con Yoongi en el jardín del palacio, o bueno, lo obligaba a jugar a lo que yo quería, nada que involucrara demasiado esfuerzo ni pensaba en subir árboles.- se burló. -Presente mi casta a una muy temprana edad así que ya no me dejaban jugar con él después y volví a la biblioteca.