Era muy temprano por la mañana cuando estaba en la habitación de la casa de Alexa, metiendo mis cosas en la maleta. Ya es hora de irse. Ya había terminado la semana.
Tenía un pequeño dolor de cabeza que intente calmar con una taza de café.
Antes de irme esperé a que Alexa se levantara. Ayer en la fiesta de bienvenida de Tom, se quiso beber la mitad de una botella de no se qué. Daniel tuvo que traerla, supongo, porque borracha no fuese conducido, aunque no supe cuando llegó a casa. El sueño me llamaba.
Cuando terminé de empacar mis cosas fuí a la cocina por otra taza de café. Vital para mí vida.
Me senté en la barra y Alexa no tardó mucho en aparecer. Parecía un muerto. Caminaba como si le pesara la vida. Aunque por esa parte la entiendo.
Llegó al refrigerador como pudo y me saludó con la mirada decaía.
-Nay. -dijo sentandose en la barra.
-¿Si?.
-Lo siento mucho, no podré llevarte. Estoy casi muerta.
Ella no podría llevarme a casa. Pensé rápido en otra opción.
-Tranquila, puedo llamar a Katherine. Aunque pensándolo bien mejor no. Solo sabe que estoy aquí pero no sabe cómo llegar, llamaré un taxi. -levanté mi celular y ella me lo quitó de la mano.
Negó con la cabeza y sonrió.
-¿Que pasa?. Me debo ir. -intenté alcanzar mi celular, pero ella lo alejaba.
Volvía a negar con la cabeza.
-Tu no pagarás ningún taxi. -me dijo subiendo y bajando las cejas.
Debo irme a casa, si no Katherine quemará toda la cocina. Poniendo en práctica lo que aprendía en clases.
-Alexa, de verdad me debo ir. Mi casa corre riesgo de incendiarse con Katherine ahí sola. -intenté volver a alcanzar mi celular. Y como era de esperar lo puso aún más lejos.
-En ningún momento te he dicho que no te podías ir. -aclaró- solo me refiero a que no pagarás un taxi.
-Un taxi es mi última opción. -comenté.
Ella sonrió y negó con la cabeza.
-Llamaré a Dani, y ya veremos. -dijo mientras sacaba su celular y marcaba el número de Daniel. No tardó mucho en responder.
¿Por qué debía llamarlo a él?. ¿No es más fácil llamar a un taxi?.
Puse los codos en la barra y con las manos me sostuve la cabeza.
-¿Hola?, Buenos días, cariño... si amanecí bien, gracias, ¿y tú?...Que bien... Oye, te llamo porque alguien debe irse... Si Nayla. -me miró de reojo y sonrió- estás en su casa ¿no?... ¿podría llevar a Nay?... Si porfa pregúntale.
¿Llevarme?. ¿Quién?. ¿Y a mi casa?. ¿Por qué?. Bueno no importa tanto solo quiero irme y dormír todo el día.
-¿Con quién hablas?. -Pregunté aún sabiendo con quién lo hacía.
-Con un marciano. -dijo sarcásticamente- Con Daniel. Es obvio. -sonrió y parpadeó con cara de inocencia. Esa cara obviamente trama algo. Lo sé.
-...¿30 minutos?... Ok, perfecto. Adiós. -colgó la llamada y me miró.
Ella se puso de pie y caminó hacia la sala. ¿No pensaba decirme nada?. Camine detrás de ella, y se sentó en el sofá. Se inclinó hacia la mesita y tomo el control, encendiendo la tele.
Me puse de pie frente a ella tapando la pantalla.
-¿Y bien?. -pregunté alzando las cejas.
-En 30 minutos vienen por tí. Mientras, hagamos algo. -dijo palmeando con una de sus manos el sofá- siéntate veamos algo en la tele.
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A Los Dieciocho
RomanceNayla, es una chica independiente, planificadora, sociable, cariñosa pero a la vez cerrada. Interesada solo en una cosa: "lograr sus metas". En ningún momento el amor a cruzado por su cabeza. Nunca le importo ser amada por un chico. Pero eso podía c...