Ya es lunes. De nuevo. Eso significa, clases. Claro, si a los profesores no les apetecía volverse a presentar.
La mañana transcurrió aburrida. Antes de salir de casa solo tomé una taza de café como de costumbre. Llame un par de veces a Katherine pero no salió de la habitación, la verdad no lo hizo desde que discutimos.
Cuando pasé por la sala para salir, había una nota en la mesita.
»Hola, Nay. Evidentemente es Kathy. Las llaves de tu auto, están en esta mesita junto con la copia de las llaves de tu casa. Siento mucho lo de ayer. Quería informarte de que me quedaré en una residencia universitaria por el resto del año universitario. Solo eso. Espero poder arreglar las cosas. Atte: katherine.«
Efectivamente, las llaves estaba en la mesita. De verdad se había ido. No me emocionó, ni me entristeció, fue algo neutro. O en pocas palabras, algo normal.
Si sentí haberle hablado mal, pero era lo justo. Después de todo, lo que me dolió más fué que no le diera importancia a mi confianza.
Dejé la nota dónde estaba y tome las llaves. Subí al auto y conduje hacia la uni.
Las clases por fin, fueron clases de verdad.
Estaba en la cafetería con Alexa, Noel, Sam y Elisa. Ellos hablaban de lo aburrido que había sido su fin de semana. Yo por mi parte solo respondía cuando preguntaban algo. Nunca era yo quien sacaba tema de conversación. No me gustaba que ignoran mis temas, porque lo hacían. Más aún si tenía que ver con música, y esas cosas. Sus teman eran fiestas, salidas, chicos y chicas.
-¿Y como fue tu fin de semana?. -Preguntó Sam.
-Bueno, -empezé. No sabía si contar algo inventado o contar la verdad- fue interesante.
-¿Tu, con un momento interesante por contar?. -preguntó Alexa. Haciéndose que no sabe nada.
Era obvio que ella sabía. Ella fue quien me invitó a semejante fiesta.
-Pues la vida de Nayla no es tan aburrida. -dijo Noel. Todos lo miraron con mirada acusadora.
Sabían que mi vida si era aburrida, al menos un poco. No salía casi de casa.
-Bueno, tal vez un poco. Pero solo un poquito. -aseguró.
Puse los ojos en blanco.
-Bueno, no fue tan interesante. -aclaré- Solo fuí a una fiesta de bienvenida, y fue todo.
-¿Un fiesta de bienvenida?. -Desde cuando vas a fiestas?. -preguntó Elisa.
-Desde ese fin de semana. -sonreí divertida, respondiendo a su pregunta.
-Y has llevado a alguien, ¿No?.
-No. Alguien me ha llevado a mi. -dirigí los ojos hacia Alexa que comía una galleta.
Ella me miró y se señaló, como si no supiera nada.
-¿Yo?.
-Si, tú. -Sonreí.
-Yo no tengo culpa de lo que pasó. -protestó.
Elisa clavó los ojos en mí y me mostró una sonrisa divertida.
-¿Que ha pasado, Nay?. -preguntó pasando uno de sus brazos por encima de mis hombros.
Todos me miraron en ese momento. Sentí como se me encendían las mejillas. No sé porqué motivo.
No pude evitar recordar esa noche en aquella fiesta.cuando ví la chispa de fuego que estaba a una distancia considerable de mí. Y que a medida de que se acercaba, más se notaba la figura de un hombre. Me llegó a la mente la sonrisa de Tom. No, no. Siempre que me fijaba en ella, sentía como se me encendían las mejillas. No podía apartar la mirada de eso.
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A Los Dieciocho
RomanceNayla, es una chica independiente, planificadora, sociable, cariñosa pero a la vez cerrada. Interesada solo en una cosa: "lograr sus metas". En ningún momento el amor a cruzado por su cabeza. Nunca le importo ser amada por un chico. Pero eso podía c...