nueve.

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juan.

—¿y qué te gustaría hacer después de que la película se estrene?—pregunta blas mientras juega con mis rulos. su toque me relaja enormemente, sintiéndome cómodo.

—todavía no se bien qué hacer.—respondo tranquilamente.—pero me gustaría poder seguir mi sueño de siempre... ser cantante.

sonrío cuando siento los brazos del pelinegro rodeando mi cuerpo desde atrás. estamos sentados sobre su cama, con él apoyado en el respaldo y yo en su pecho.

—yo sé que nos va a ir bien.—asegura blas firmemente.—y vos vas a poder ser cantante y yo modelo.

mis manos se unen a las del más alto, entrelazando nuestros dedos contra mi estómago. las manos cálidas del pelinegro contrastan con las mías, frías y temblorosas.

el frío es difícil para mí. aunque el invierno sea mi estación favorita del año, no puedo evitar sufrir durante su estadía.

blas parece notar el frío y los leves temblores, por lo que comienza a frotar mis manos con las suyas para calentarlas.

—¿esperabas esto?—pregunta el pelinegro con voz baja. su aliento caliente chocando contra mi oreja derecha y parte de mi cuello.—estar acá... conmigo y los demás.

—no.—es mi respuesta honesta.—pero me gusta. no me arrepiento de nada.

giro mi cabeza levemente hacia un lado, dándole un beso corto en los labios a blas. sus labios saben dulces.

—porqué gracias a esto te pude conocer a vos.—continúo.

siento una calidez en mi estómago bajo cuando una sonrisa tímida se dibuja en el rostro ajeno.

me siento profundamente enamorado.

—te amo mucho.—blas dice mientras aún sonríe, apretándome entre sus brazos. siento su pecho vibrando contra mi espalda cuando se ríe.

—yo también te amo.

le doy otro beso corto al pelinegro cuando termino de hablar, pero esta vez en una de sus mejillas.

—ya quiero que la película se estrene.—comenta él distraídamente, acariciando mis manos suavemente.—espero que todo salga bien, que podamos ser vistos por muchos y que nuestro trabajo valga la pena.

de manera casi automática, una de mis manos se mueve hacia sus rulos oscuros. acaricio sus cabellos sedosos, sintiendo como se relaja considerablemente.

siento el miedo crudo de blas cuando hablamos del futuro, de lo que puede o no pasar. su inseguridad puede verse fácilmente, siendo clara.

debo admitir que yo también siento cierto temor, pero evito pensar en eso. dejo que todo fluya, que el tiempo pase.

además, confío plenamente en mí y en los demás.

—todo va a salir bien, amor.

blas hace un ruido con su garganta en forma de afirmación, asintiendo con su cabeza también.

—¿querés salir mañana?—me pregunta. se mueve sobre las sábanas, acomodándose mejor en su lugar.

—¿a dónde?

—a recorrer otro poco la ciudad.—responde.—y a merendar en una cafetería linda.

—con eso último me convenciste.—respondo mientras río. siento un golpe juguetón en mi muslo derecho.—hay que decirle a felipe que lleve su cámara esta vez.

—solos.—aclara rápidamente blas.—vos y yo.

disimular ; juan x blas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora