Un camino menos solitario

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Narra Jake:

Finalmente después de una larga caminata habíamos llegado a la orilla del lago, menos mal el bosque era bastante grande, no me gustaría toparme con alguno de los campistas de momento.

Poky resultaba ser una compañía bastante curiosa, a este pequeño le encantaba que lo llevara en brazos, y en cada segundo quería que lo alzara para tratar de jugar con las hojas de los arboles o atrapar una mariposa, era entretenido tenerlo cerca.

-Muy bien, ya llegamos-baje al gatito y coloqué mi mochila en un árbol.- Va a ser algo difícil pescar sin una caña, pero no te preocupes, conseguiré el desayuno-me empecé a quitar la playera.- Tu solo espera a...

Cuando volteó mi amigo ya no estaba.

-¿Poky?-busco en diferentes direcciones, hasta que veo algo negro y alargado asomarse por el agua.- ¡¿Poky?!

Sin pensarlo me lancé al agua para intentar salvar a mi gato, aunque no tuve mucho éxito más que mojarme. Y él en cambio saco su cabeza y movía sus patitas alegremente, mientras se meneaba por el agua.

-Espera... ¿tu sabes nadar?-parpadeo sorprendido.- Esto es increíble, un gato que nada-dejo escapar una carcajada.- Jamás dejas de sorprenderme amiguito.

Este me responde con un maullido antes de volverse a sumergir, ciertamente parecía un pez en el agua.

-¡Oye! ¡Espérame!-lo sigo sumergiéndome de un chapuzon.

Fue bastante difícil pescar sin una caña, los peces no paraban de resbalarse de mis manos; y tenía que cuidar a Poky para evitar que mordiera algún pez más grande  que él, ya que muchas veces estuvo a punto de ser arrastrado por su pezca. Nos veíamos ridículos, pero debo admitir, que aun con nuestros torpes intentos, estaba siendo muy divertido.

Tras mucho rato en el lago finalmente logramos atrapar algunos peces, así que improvise una fogata para cocinar nuestro desayuno.

-Uff... eso fue bastante agotador-me acerque a mi mochila y saqué una toalla que llevaba entre mis cosas.- Ven aquí Poky, ya es hora de salir del agua.

Mi amiguito atendió a mi llamado, aunque yo solo vi como una pequeña bola de pelos empapada salía del agua, parecía un mechudo con patas.

-Jajaja enserio que te gusta el agua-lo cargo con cuidado y empiezo a secarle suavemente.- Eres un felino bastante singular, ¿lo sabías?

-¿Mauu?-esté solo maúlla ladeando su cabecita, cómo si me preguntara qué significaba aquello.

¿Enserio? ¿Cómo podía ser tan adorable?

-Awwww... Eso quiere decir eres único y especial, mi pequeño Poky-lo abrazo cerca juntando nuestras narices, y este solo respondió frotándose contra mi cara mientras ronroneaba.

Decidimos descansar un poco mientras comíamos, desde que empezó de nuevo el campamento no recordaba haber tenido un momento de paz como esté. Siempre me la pasaba pensando en lo momentos que perdí con Tom y deprimiendome por ello.

Pero esto era diferente, finalmente estaba siendo feliz junto a mi nuevo amiguito. Sin penas ni angustias pasadas, solo disfrutando el momento.

-Ya quiero que Miriam te conozca-le sonrió al gatito mientras este se revolcaba luchando con su comida, se había robado el pez que guardé para mi y era mucho más grande que él, así que resultaba una escena bastante cómica de ver.- Espera ahí-me levanto rápido y me dirijo a mi mochila.- Quiero que Miriam vea esto.

Mi redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora