Capítulo 19-Anneliese

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Nos levantamos y comenzamos a avanzar hacia las habitaciones. Mientras intentamos subir las escaleras, siento cómo el mareo y el dolor en mi cabeza dificultan mi avance, haciéndolo más lento y pesado. Mis piernas parecen no querer sostenerme, y cada paso se convierte en un esfuerzo agotador. Tony nota mi dificultad y se gira hacia Lucy y George, su expresión seria pero agradecida.

—Lucy, George, vayan a descansar. Yo me encargaré de Liese —dice Tony, su tono decidido y lleno de determinación mientras se prepara para ayudarme de una manera más directa y efectiva.

Sin esperar más, Tony me levanta con cuidado en sus brazos, sosteniéndome con firmeza, pero con delicadeza para evitar causarme más dolor o incomodidad. Siento un alivio inmediato al no tener que esforzarme para subir las escaleras, permitiéndome relajarme un poco mientras me lleva hacia su habitación.

—Dado que no debes usar tus habilidades y necesitas descansar, creo que lo mejor será que te quedes en mi habitación, donde podrás estar más tranquila y relajada. Por experiencia sabemos que allí estas bien y no canalizas como en tu habitación. Además, estaré allí contigo para cuidarte y asegurarme de que te recuperes adecuadamente —dice Tony, su voz suave pero firme mientras me lleva a su habitación.

Una vez en la habitación, Tony me lleva hasta el borde de la cama y con cuidado me ayuda a sentarme, asegurándose de que esté cómoda y estable antes de proceder.

—Voy a quitarte los zapatos para que estés más cómoda —dice Tony, su voz suave y preocupada mientras se inclina para deslizar con cuidado mis zapatos, permitiendo que mis pies descansen y se liberen de la presión.

Después de quitarme los zapatos, Tony se levanta y camina hacia su armario, buscando algo que pueda ofrecerme para que esté más cómoda y relajada mientras descanso. Regresa con una sudadera suya, su tela suave y cálida prometiendo comodidad y calidez.

—Pensé que te gustaría usar una de mis sudaderas para estar más cómoda mientras descansas. Espero que te no te importe —dice Tony, extendiendo la sudadera hacia mí con una sonrisa amable y preocupada, buscando proporcionarme consuelo y apoyo en medio de mi vulnerabilidad y malestar.

Agradezco su gesto con una sonrisa débil, tomándome un momento para apreciar su cuidado y consideración. Me pongo la sudadera con cuidado, sintiendo cómo su calor y aroma me envuelven, proporcionándome una sensación de seguridad y protección que me reconforta en medio de todo lo demás.

Tony me ofrece su mano para ayudarme a levantarme un momento de la cama y mover las mantas. Sus brazos me rodean con cuidado mientras me guía, asegurándose de que esté cómoda y bien posicionada antes de que intentemos el siguiente paso.

—Voy a ayudarte a recostarte para que puedas descansar adecuadamente —dice Tony, su voz suave y llena de cuidado mientras me ayuda a acomodarme en la cama, asegurándose de que esté lo más cómoda posible.

—Dormiré en el sillón para no molestarte —dice Tony, su tono decidido pero cariñoso mientras se dirige hacia el sillón, preparándose para pasar la noche allí.

Intento levantarme, sintiendo el impulso de ofrecerme yo a dormir en el sillón para que no se sienta obligado a hacerlo él, pero mi debilidad y mareo me lo impiden. Tony nota mi intento y rápidamente se acerca, su expresión preocupada y su voz suave y decidida.

—No, no te levantes.

—No, Tony, por favor, quédate. No podría soportar dormir en esta cama sin ti —le digo, mi tono lleno de sinceridad y cariño mientras busco su mirada, necesitando su presencia y su apoyo para sentirme segura y protegida.

Mis palabras lo detienen, mi voz suave pero firme mientras le hago saber mi deseo y necesidad de tenerlo a mi lado, especialmente en estos momentos de vulnerabilidad y miedo.

Guardiana del Umbral: Lockwood and coDonde viven las historias. Descúbrelo ahora