Capítulo 28-Anneliese

103 7 15
                                    

La tensión en el aire era palpable mientras Tony y yo caminábamos hacia la biblioteca. Cada paso resonaba en el silencio cargado de emociones que nos rodeaba, y el peso de lo que estaba por venir parecía aplastarnos a ambos.

Cuando llegamos a la biblioteca, Tony se vuelve hacia mí, su expresión grave y determinada. Me mira fijamente, y en lugar de llamarme por mi apodo cariñoso habitual, usa mi nombre completo: Anneliese. Esa simple diferencia me hace fruncir el ceño, preguntándome qué estaba pasando en su mente.

—Anneliese, necesitamos hablar —dice en voz baja, pero su tono es firme y decidido.
Trago saliva nerviosamente, sintiendo un nudo en mi garganta mientras me preparaba para lo que va a decirme.

—¿Qué pasa, Tony? —pregunto, intentando ocultar mi creciente ansiedad.

Tony inhala profundamente antes de comenzar, sus palabras saliendo con una intensidad que me toma por sorpresa.

—Anneliese, creo que deberíamos terminar nuestra relación —declara, y siento como si el suelo se desvaneciera bajo mis pies.

Mis ojos se abren con incredulidad, buscando desesperadamente alguna señal de que esto era una broma, un malentendido. Pero la expresión seria en el rostro de Tony me dijo que no lo era.

—¿Qué? —murmuro, sintiendo un dolor punzante en mi pecho.

Tony continua, su voz firme pero llena de pesar.

—Todo lo que ha pasado, los peligros a los que nos hemos enfrentado, tu herida... Todo eso ha sido culpa mía. No puedo soportar verte en peligro por mi culpa una vez más. No puedo seguir poniéndote en riesgo —explica, y cada palabra parecía clavarse como una daga en mi corazón.

Siento un torrente de emociones inundándome: dolor, incredulidad, desesperación. ¿Cómo podía estar diciendo esto? ¿Cómo podía estar dispuesto a renunciar a lo nuestro por miedo al peligro?

—Tony, no puedes hacer esto —le ruego, las lágrimas asomando a mis ojos mientras luchaba por mantener la compostura—. Nuestra relación... es lo único bueno que tengo en mi vida. No me importa lo que haya pasado, lo que enfrentemos juntos. Estoy dispuesta a seguir adelante, a luchar por nosotros.

Pero mis palabras parecieron caer en oídos sordos. Tony sacude la cabeza con tristeza, su mirada encontrándose con la mía con una determinación dolorosa.

—Lo siento, Anneliese. Pero esto es lo mejor para ambos. No puedo seguir poniéndote en peligro. Te mereces algo mejor que yo —dice, y su voz tiembla ligeramente, revelando la lucha interna que está librando.

La atmósfera en la biblioteca se volvió aún más densa cuando Tony pronunció esas palabras, como si el aire mismo se hubiera vuelto más pesado con el peso de nuestra conversación. Me sentí como si estuviera atrapada en una pesadilla, incapaz de creer lo que estaba escuchando.

Intenté tocar su brazo, buscar alguna señal en sus pensamientos de que esto no era real, de que todo era solo un malentendido. Pero Tony se apartó bruscamente, como si mi tacto fuera una quemadura. Su rechazo físico se sintió como un puñetazo en el estómago, haciéndome retroceder un paso, sintiéndome herida y confundida. Él sabe lo importante que es para mí el tacto y lo mucho que significa para mí el poder compartirlo con él.

—¿Qué estás diciendo, Tony? —pregunto, mi voz temblorosa mientras lucho por contener las lágrimas que amenazaban con escapar de mis ojos—. ¿Todo lo que hemos compartido no significa nada para ti?

Tony me mira con una mezcla de dolor y determinación en sus ojos, y por un momento, me parece ver una sombra de duda cruzar su mirada. Pero en un instante, desapareció, reemplazada por una frialdad que me hiela hasta los huesos.

Guardiana del Umbral: Lockwood and coDonde viven las historias. Descúbrelo ahora