Sora había sido dejado de lado, como si de un día a otro los demonios se hubieran olvidado de su existencia por completo, y eso no era algo malo, sin embargo, a su mente le costaba procesar todas las cosas horribles que había visto aquella noche. De alguna manera lo sabía, en su corazón siembre había sabido que cuando los cuernos de Jett crecieran este se transformaría en un demonio egoísta y sanguinario al igual que todos los demás, tan solo... nunca pensó que eso hubiera sido tan rápido. No podía quitar de su mente las lagrimas de sangre que caían por aquellos ojos que siempre considero hermosos, no podía olvidar la imagen del niño comportándose como una bestia salida de sus peores pesadillas.
Sin embargo, lo había salvado, sabía que podía soportar aquellos golpes e incluso torturas peores, y aun así el niño volvió a arriesga su vida por él una vez más.
¿Cuando dejaría Jett de arriesgar su vida por él?
Luego de aquella noche, de aquella terrible noche, no volvió a saber más de Jett, apenas lo volvía a ver otra vez y entonces lo abandonaba de nuevo, o al menos así se sentía.
Los demonios limpiaron su prisión y volvieron a dejarlo solo, no hubo rastro de Beryl ni de Belial, el jardín donde lo exhibían había sido olvidado por los demonios menores que lo atormentaban constantemente.
Ya no habían flores blancas ni un compañero al cual contarle historias, de vez en cuando pensaba que habían matado a Jett por lo que hizo o que lo tenia aprisionado en aquel palacio de altas paredes, en el fondo quería pensar que el demonio estaba bien y sólo se había olvidado de él, eso era lo mejor.
A veces sentía que no podía dormir, cada vez que cerraba sus ojos aquella noche se repetía en su mente y entonces la imagen de Jett, del dulce niño, se transformaba en el demonio más horrible y malvado que su mente podía crear y al final el terminaba siendo su víctima. En su vida como mensajero había visto muchas cosas horribles, tanto en las guerras del cielo contra los demonios así como en la tierra donde siempre existían atrocidades, como ángel, Sora siempre escogía quedarse con los mejores recuerdos.
¿Entonces por qué ya no podía recordar como se veía Jett?
¿Tan abismal había sido la cantidad de poder demoniaco liberada de golpe que esa imagen se había grabado en su alma?
Pero lo peor, aquel gran desplante de poder no había servido sólo para demostrarle a los demás demonios quien era el más fuerte, había dejado plasmado en el subconsciente de Sora que a quien realmente debía temer era a Jett, que aquel pequeño demonio del que se había encariñado tanto podía ser quien finalmente lo eliminaría.
En el infierno nunca estaba seguro de cuanto tiempo pasaba, ya no recordaba la ultima vez que había visto un ser vivo pasearse por el jardín.
Tal vez finalmente había sido olvidado por los demonios, tal vez aunque estuviera encerrado podría comenzar a vivir finalmente en paz.
La brisa se sentía fría aquella noche y a pesar de que mantenía sus ojos cerrados no podía dormir. ¿Ya cuantas noches había pasado sin poder descansar como antes lo hacía? No moría por el simple hecho de ser inmortal, las ojeras bajo sus ojos nunca habían estado mas marcadas, los demás ángeles se hubieran preocupado al verlo en ese estado ¿Pero que más podía hacer?
Con los ojos cerrados y fingiendo dormir, esperando desmayarse nuevamente por la falta de sueño, escuchó algo inusual, se había acostumbrado a los ruidos del infierno, sin embargo las torpes pisadas que se acercaban no las reconocía, cerró sus ojos con miedo, no quería volver a salir lastimado, tenia miedo de que los demonios volvieran a atormentarlo, tenía miedo de pensar de que el niño volvería, ya sabia él que el Jett que el tanto estimaba ya no existía.
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La Jaula del Ángel
FantasyUna historia de un amor imposible donde un demonio que no sabe como amar correctamente se enamora de un ángel que no puede ser tocado, ambos lucharan con la amargura del infierno y tal vez por primera vez lograr un final feliz para seres tan diferen...